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Isofoton renace gracias al mercado exterior y la rebaja del 60% en costes

La mayor empresa del PTA estabiliza sus cuentas y prevé beneficios en 2011

Fernando J. Pérez

Ángel Luis Serrano, presidente de Isofoton, recorre con largas zancadas la nave de 30.000 metros cuadrados que alberga la nueva línea Reis de producción de módulos fotovoltaicos. Varios grandes brazos robotizados, controlados por ingenieros y operarios españoles, alemanes y coreanos ensamblan con precisión nanométrica las obleas de silicio en los paneles, comprueban que el material cumpla los criterios de calidad y apilan los módulos en los palés. El proceso completo, todavía en fase de prueba, durará un minuto.

La puesta en marcha de la nueva planta -una inversión de 20 millones de euros que permitirá cuadruplicar la producción actual en tres años- simboliza la salida de Isofoton de su "época gris". En 2007, la compañía, entonces en manos del grupo Bergé comenzó a presentar pérdidas como consecuencia del fin de las primas a la generación de energías renovables en España, que representaba casi la totalidad de su mercado. En 2008 los números rojos pasaron a 80 millones, y en 2009 se dispararon a 226 millones. Ese año, Bergé planteó un expediente de regulación de empleo de 120 días por año a 690 de los 700 empleados que mantenía. La continuidad de la principal empresa del malagueño Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) parecía más amenazada que nunca.

La compañía de placas solares prevé cuadruplicar su producción

En junio de 2010, Bergé vendió Isofoton al consorcio formado por el grupo español Affirma -de los hermanos Angel Luis y Diego Serrano- y el coreano Toptec por 45 millones. En un tiempo récord la empresa ha salido a flote -en 2010 consiguió equilibrar las cuentas y espera beneficios para 2011- gracias a una reducción del 60% de los costes de producción y, sobre todo, a su decidida salida al exterior.

"Estamos en el sector correcto, las renovables no están afectadas por la crisis y mantienen un alto nivel de crecimiento. Isofotón se había focalizado en el mercado español y había olvidado los mercados internacionales. Nuestro trabajo ha sido llevar el producto y la marca fuera de España. Ahora, el 90% de nuestro mercado está en el extranjero", asegura Serrano.

Serrano viaja todos los meses a China, país cuyo gobierno está fomentando estas tecnologías, pero que, según el presidente de la empresa, no representa una amenaza: "Sólo el 10% del coste de un módulo solar depende de la mano de obra, y allí los salarios y la inflación tenderán a crecer, y su divisa se va a apreciar frente al euro, lo que los hará menos competitivos".

Aproximadamente el 60% del coste de un módulo solar está en la materia prima. Además de optimizar los procesos de producción, Serrano ha renegociado los contratos con los proveedores de las obleas de silicio, que en época de Bergé se pagaban, afirma, un 30% por encima del precio de mercado, y se ha "replegado" -cerrado oficinas- en países como la República Dominicana o Cuba, donde "la inversión en tecnología solar ni está ni se la espera".

Sin embargo, las amenazas no han desaparecido del horizonte. El principal contratiempo es, según Serrano, "la falta de financiación" de los bancos españoles, que les está obligando a solicitar líneas de crédito a entidades extranjeras.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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