Mareas históricas y de turistas
La atracción de la Luna descubre paisajes raramente vistos en la costa de Cádiz
La playa igual que una feria. Un famoso tango del carnaval gaditano de hace dos siglos oficializó esta comparación cuando aludía a la multitud que se agolpó en las playas de Cádiz para intentar buscar un tesoro de duros antiguos bajo la arena. El fenómeno se repitió ayer. Miles de personas se acumularon en la orilla de la costa para asistir esta vez a un acontecimiento medioambiental; mareas históricas derivadas de la cercanía entre la Luna y la Tierra. La Junta de Andalucía había promocionado días antes las imágenes inusuales que se iban a poder disfrutar. En bajamar (08.39 y 20.54), quedarían a la vista zonas rocosas casi nunca vistas mientras que en pleamar (02.26 y 14.50) quedarían inundadas las playas y grandes áreas del Parque Natural de la bahía de Cádiz.
Un camino se abrió entre el castillo de Santa Catalina y el de San Sebastián
Los Ayuntamientos previeron lo que haría el mar, pero no los visitantes
"Estamos muy satisfechos porque el poder de atracción ha sido enorme", afirmaba ayer orgullosa la delegada en Cádiz de la Consejería de Medio Ambiente, Silvia López. Su departamento tuvo la idea de anunciar en una rueda de prensa hace dos semanas el fenómeno "histórico" que se iba a desarrollar ayer y hoy en todo el frente suratlántico en Cádiz y Huelva, con especial incidencia en el Parque Natural de la bahía de Cádiz. La alineación y proximidad de la Luna y de la Tierra provocaban una atracción gravitatoria mayor que provocaba mareas de coeficientes poco comunes.
Según los datos aportados en aquella convocatoria, en bajamar podría alcanzarse la cota cero, es decir, el máximo de retirada de las aguas posible. El coeficiente de marea previsto era de 117. "El máximo es de 118. Estamos ante un acontecimiento histórico", promocionaron en esa convocatoria los responsables de Medio Ambiente. Esa rueda de prensa recibió días después diversas críticas entre los que consideraban "habitual" este fenómeno de mareas y los que criticaban a la delegada por "vender" un acontecimiento natural como si fuera un mérito político. Ayer, la delegada estaba orgullosa de su medida tras comprobar que su anuncio había animado a miles de personas a acudir al litoral. "Hemos acercado el medio ambiente a la ciudadanía y hemos conseguido convertirlo en todo un atractivo turístico", defendió ayer López.
En las playas, el debate estaba abierto sobre si aquellas mareas eran ordinarias o extraordinarias. Los más derrotistas se decantaban por restar trascendencia al fenómeno. "Esto lo vemos muchas veces", insistían los pescadores de La Caleta. "El coeficiente de 115 lo tuvimos el mes pasado, apenas hay diferencia con lo de hoy, y no se formó tanto lío", remarcaba un habitual mariscador. Los presidentes de los clubes marítimos de la bahía de Cádiz también insistieron ayer en rebajar la excepcionalidad del evento. En el otro lado, muchos vecinos que se acercaron hasta los lugares más hermosos de la costa de Cádiz. "Tengo 79 años y nunca había visto esto. Esto no tiene precio", aseguraba a la orilla de la Caleta, Carmen López. Como otros miles de personas pudo comprobar cómo se podía cruzar a pie el trayecto entre los castillos de Santa Catalina y San Sebastián, habitualmente cubierto de agua. También se vieron zonas rocosas en otras playas, como la Victoria o Cortadura, donde se acumularon los aficionados al marisqueo.
El fenómeno no fue exclusivo de la capital. Entre San Fernando y Chiclana, entre la punta del Boquerón y el castillo de Sancti Petri también fue multitud el grupo de personas que se acercó para comprobar cómo este camino era casi practicable andando. Horas después, en pleamar, la mar no llegó a cubrir toda la arena, como se temía, aunque sí tapó un alto porcentaje. Las buenas condiciones climatológicas, con sol y ausencia de viento, favorecieron que la bajamar fuera más espectacular que la pleamar. El espectáculo se vivió desde tierra, por mar y por aire, con la presencia de numerosas avionetas tomando imágenes.
Polémica al margen sobre la importancia del fenómeno, fue indiscutible el poder de atracción que ejerció entre gaditanos y turistas. Los accesos a las principales playas estuvieron colapsados durante horas. Así se vivió en el centro de Cádiz para entrar casi al amanecer en La Caleta y en los alrededores de Sancti Petri, en la zona costera de Chiclana.
Los Ayuntamientos habían tomado medidas en previsión a lo que pudieran dar de sí las idas y venidas del mar pero pocas para atender la afluencia de vehículos en los momentos de máximo apogeo. La frase más recurrida frente a la orilla hacía alusión a la playa como la feria de los duros antiguos. La otra llamaba la atención sobre otro récord superado ayer: el de personas que madrugaron en sábado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.