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Columna
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El triunfo del origen

La resolución de los organismos europeos, de la Generalitat valenciana y del Estado español de conceder a los viñedos del dominio vinícola de las bodegas Vegalfaro en Penen de Albosa, Los Balagueses, como vino de pago es la culminación y el triunfo de un proceso que devolvera a los vinos del País Valenciano a su situación histórica de antes de la filoxera. La recuperación del vino valenciano inciada hace 30 años está devolviendo la calidad y el origen que tuvieron antaño. Un vino de pago, como el que ha sido concedido después de un largo proceso a Pago de los Balagueses, es la cúspide de la pirámide de la producción con origen. Si las DO ya son una base estructural que garantiza y ampara la personalidad y la calidad de un vino producido en una región determinada, el vino de pago viene a ser la perfección de esa realidad. Un vino de pago debe tener unos controles y exigencias mayores aun que una denominación de origen. El organismo regulador y certificador mantiene controles y exigencias sobre la norma autoimpuesta por los propietarios del pago siguiendo la legislación correspondiente basada en un respeto a la norma, que sigue una filosofía paralela a la del origen y que Max Weber expreso certeramente en La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Aquí Brillat Savarin (La Fisiología del Gusto) y Max Weber se dan la mano para recrear una filosofía de producción agroalimentaria basada en los 106 dominios vinícolas romanos y que tuvo en la Junta d'inhibició del vi foraster d'Alacant del siglo XV y el decreto de los Medici del siglo XVII en la Toscana, sobre los dominios vinícolas (las tenuttas) las bases estructurales, técnicas y administrativas en las que se sustenta la filosofía de un vino de pago.

Pago de los Balagueses es el segundo vino de pago del País Valenciano, en alcanzar tal categoría, el primero fue El Terrerazo en Las Cuevas de Utiel, por el que aposto Antonio Sarrión desde el principio de su proyecto como se ha podido comprobar en la excelencia de sus vinos. Pago de los Balagueses, está situado en uno de los cuatro mejores terroirs del País Valenciano (los otros son Salinas, Moixent-Fontanars y Las Garrigas de las Cuevas); La Rambla de la Albosa, riera que cruza la mitad meridional de la comarca de Requena, desembocando en un bello paraje -la Laguna de la Albosa en el rio Cabriel, situada en la Finca Caballero-. Utiel-Requena es una comarca paisajísticamente muy bella, (que vale la pena conocer, en cuanto uno se aleja de sus ejes viarios centrales). En Pago de Los Balgueses se cultivan unas pocas hectáreas de los mejores viñedos del Mediterráneo central; Syrah, Merlot, Tintorera y Tempranillo. Es uno de los dominios vinícolas de mayor altitud (750 metros sobre el nivel del mar), y está en el último tramo de esta prolífica rambla que concentra los mejores vinos de Requena; Aranleon, Dagon, Casa lo Alto, Casa del Pinar y Pago de los Balagueses. De este sus Syrahs y Tintoreras son de los mejores tintos, en expresión, elegancia y concentración fenólica natural que se puedan hallar, son excelentes, singulares y exquisitos. Gran parte de ello se debe a la rambla de la Albosa y su inestable equilibrio edafológico, un suelo mezcla de guijarros y calcáreo, con un buen lote arenoso (es una cuenca al fin y al cabo) y un subsuelo con una capa de arcilla sobre roca calcárea (estamos en el Mediterráneo). Hay que viajar mucho para encontrar un subsuelo tan interesante que permita el drenaje de las lluvias que las retenga a profundidades freáticas no imposibles, pero tampoco de fácil aforamiento y que las raíces luchen por su vida y arraigo, a un buena profundidad, la Rambla de la Albosa es un lugar perfecto para variedades como la Syrah y la Tintorera no en balde EL PAÍS la clasificó en 2004, como el bulevar del Syrah. Esta noticia de la resolución de Bruselas es muy positiva para el vino valenciano en general y para Utiel-Requena en particular, pues viene a confirmar los méritos de sus grandes vinos, situados ya, en la cúspide de la pirámide de la producción cualitativa del origen.

Joan C. Martin es enólogo y escritor

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