La mujer de Rapallo

Narrativa. Sònia Hernández (Terrassa, 1976), con dos libros de poemas y una colección de cuentos, fue incluida en 2010 en la lista de los mejores narradores jóvenes en español de la revista Granta, un mes antes de que apareciera su primera novela. Esta, un relato complejo y ambicioso, trata de la traición y la decepción, de la culpa y la responsabilidad, del amor como locura y del amor como destrucción, de la impostura, del lenguaje de la piel, del engreimiento del creador, de la imposibilidad de llegar a la perfección artística, de la escritura como terapia, y de tantas cosas más: es un relato complejo y ambicioso -ya digo-, que cambia de eje, que lo que parece ser una cosa, porque las palabras escritas en ese cuaderno-guía de confusión o de luz al final del túnel así lo parecían indicar, puede acabar siendo otra. Pero la autora de esta arriesgada y estimable historia busca llevar al límite al lector y confundirle lo justo para que no pierda intensidad el relato mediante varias vueltas de tuerca, las más muy conseguidas y otras más endebles. La mujer de Rapallo abre muchos frentes, que se enredan, y al final debe rematar con un cierto apresuramiento; no digo que cierre el complejo relato en falso, sino que para hacerlo debe imprimir un sonoro aceleramiento para que todo case y acabe siendo más o menos verosímil. Desfallecimientos los hay en esta novela, sí, pero también mucha ambición, riesgo, seguridad. El resultado merece la pena. No es ya -únicamente- una chica Granta: es una muy interesante novelista.