El hijastro de Oubiña irá a juicio sin rebaja de penas
Sus abogados negociaron con el fiscal recortar la condena de 20 a 9 años
David Pérez Lago, de 34 años, y 13 presuntos implicados en el desembarco de dos toneladas de cocaína en Corme (A Coruña) en mayo de 2006, se sentarán en el banquillo a partir del 31 de marzo para ser juzgados por un tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Nacional, presidido por el magistrado Javier Gómez Bermúdez. El juicio arranca envuelto en la polémica por los acuerdos previos a los que el abogado del hijastro de Laureano Oubiña y el de otros miembros de su organización intentaron llegar con el fiscal del caso para rebajar las condenas y no celebrar el juicio.
Con el principal implicado, Pérez Lago, se llegó a pactar una rebaja de 20 a nueve años de prisión, pero la negativa de otros acusados -como es el caso de su exnovia, la abogada de Cambados Tania Varela Otero, para la que se solicita la misma condena- ha obligado a suspender cualquier negociación, según fuentes judiciales. Para el resto de los implicados, la conformidad con la fiscalía suponía rebajar las penas de 18 a siete años. Pero, ahora, el ministerio público ha decidido no modificar su escrito de acusación inicial y habrá que esperar a que finalicen los seis días de juicio para conocer si David Pérez y sus cómplices podrán obtener algún beneficio penitenciario, siempre que reconozcan su implicación en los hechos.
El pacto no se fraguó finalmente por la negativa de otros acusados
Pérez Lago ha maniobrado para no sentarse en el banquillo
El desacuerdo viene precedido por el imperativo de Tania Varela de exigir la comparecencia como testigos del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, del jefe de la Udyco central, Eloy Quirós y de otros comisarios policiales. Sin embargo, la sala ha desestimado está petición por entender que no están relacionados con la causa, confirmaron fuentes judiciales.
En la vista oral comparecerán más de 50 testigos, entre policías, guardias civiles, agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera, que intervinieron tanto en la investigación previa al desembarco como en el operativo que llevó a la captura del alijo y la detención de la organización que lideraba David Pérez.
Hijo de la fallecida Esther Lago, antes de casarse con Laureano Oubiña, David Pérez comenzó muy joven a implicarse en los negocios de tráfico de estupefacientes, tanto que ya fue condenado por tráfico de hachís y era dueño de un importante patrimonio que se investiga en otro sumario por blanqueo de dinero en Pontevedra.
Pese a su juventud, Pérez Lago ya ha vivido múltiples aventuras, como la que le llevó a Grecia en 1999 donde se había refugiado su padrastro, tras conocer su segunda condena por tráfico de hachís y huir de la Justicia. Otro de los episodios en el que resultó salpicado fue el asesinato en Madrid del abogado Alfonso Díaz Monux, que entonces defendía a su novia Tania Varela en el proceso por blanqueo de dinero. La letrada fue testigo del crimen perpetrado por dos sicarios colombianos.
La defensa de David Pérez Lago ha tratado de evitar por todos los medios que se sentase en el banquillo por lo que ha tenido que recurrir a todas las maniobras procesales posibles. Así, por ejemplo, trataron de impedir, sin éxito, que el juicio se celebrara en la Audiencia Nacional y después, el hijastro de Oubiña se metió en un lodazal de datos cuando denunció a la policía de haber provocado el desembarco de cocaína cuando él era su confidente y que ahora saldrán en el juicio.
David Pérez llegó a confesar, en un escrito que se incorporó al sumario, que había colaborado con la policía dando todos los detalles de los acuerdos con los que pretendía obtener beneficios penitenciarios en una condena que tiene por tráfico de hachís. Sus revelaciones se produjeron después de que el juez de Cambados, Juan Carlos Carballal, citase a varios policías como testigos, aunque solo compareció el exjefe de la Udyco en Andalucía, que había sido apartado del puesto por encubrimiento del capo italiano Marco Torello, socio de Pérez Lago. Según el policía, ambos, el italiano y el gallego, se habían comprometido a entregar un alijo de ocho toneladas de cocaína a cambio de suavizar las causas que tenían pendientes con la justicia. Un desembarco que se habría realizado en paralelo al que efectuó en Corme.
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