Un abogado de Roca defiende la licitud de sus negocios

Manuel Sánchez Zubizarreta, uno de los dos socios principales del despacho madrileño que creó un entramado societario tras el que figuraba el máximo imputado del caso Malaya, Juan Antonio Roca, continuó ayer defendiendo la licitud de la tarea que le encomendó el ex asesor de urbanismo marbellí y el origen limpio de los fondos con los que Roca conformó un patrimonio de 210 millones.

El letrado está declarando en el segundo bloque del juicio, que evalúa los delitos de blanqueo de capitales de la macrocausa. Sánchez Zubizarreta, ya jubilado, negó al fiscal Anticorrupción, Juan Carlos López Caballero, que las sociedades de Roca recibieran dinero de empresarios con intereses urbanísticos en Marbella y mantuvo Roca que hizo sus negocios gracias a préstamos entre sociedades, préstamos e hipotecas. "Si hubiera tenido conocimiento de la más mínima ilegalidad se lo habría reclamado y habría cesado", le repitió.

El fiscal continuó interesándose por el origen de los fondos y la actividad de las 22 sociedades, en las que figuraba como administrador el propio Sánchez Zubizarreta o personas de su confianza, como sus hijos o empleados. El letrado dijo "no estar seguro" de que algunas de las personas que desempeñaban esta tarea supieran que las sociedades eran de Juan Antonio Roca. Aún así, insistió en que era "público y notorio" que el ex asesor "era dueño de todo" y que "tenía la posesión física y real tanto en Marbella como en Murcia".

Según su relato, le presesentaron a Roca en 1994 como una persona "de gran solvencia, pero que tenía un problema de una quiebra (fraudulenta)", que le impedía figurar al frente de sus empresas. El abogado mantuvo que no sabía el patrimonio que tenía entonces, pero tampoco lo preguntó. Sí conocía que trabajaba en el Ayuntamiento de Marbella, un mundo del que dijo estar completamente desvinculado, porque ejercía en Madrid. "No conozco a nadie allí (...) sólo vi a a algunos de ellos en Alhaurín", aseveró.