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Debate sobre el futuro de Sortu

De la decisión del Supremo y la caída del 'comando Otazua'

En estos últimos días dos acontecimientos han aportado nuevos datos a la compleja vida política vasca y al largo recorrido de Sortu hacía su polémica legalización; La decisión del Tribunal Supremo de aceptar el recurso del Gobierno que paraliza la inscripción de la nueva marca de los radicales abertzales, y la detención de un importante comando Otazua, de ETA, acusado de cometer dos crímenes y otros catorce atentados.

Pregunta. ¿Qué representa esa decisión del Tribunal Supremo?

Juan José Álvarez. Implica la automática adopción, como medida cautelar suspensiva, del proceso de inscripción del partido político; como primera valoración cabe esperar que el TS se pronuncie expresamente sobre el fondo antes de las elecciones, y además con tiempo suficiente como para que el Constitucional pueda conocer el recurso correspondiente, para que la tutela judicial efectiva sea real. Creo que la argumentación de la Abogacía del Estado es coherente pero endeble, porque las supuestas pruebas son conjeturas, los indicios son suposiciones... y la demanda del Ministerio Fiscal irá en ese sentido. Este es, al parecer, su pecado original. El silogismo perverso se reduce a formular que batasuna es ETA, Sortu es Batasuna, luego Sortu es también ETA. Un juicio maniqueo, simplista, y que simplifica también el debate jurídico, porque invocar el incidente de ejecución de sentencia, es decir, citar el precedente jurisprudencial de la decisión de ilegalización de Batasuna para no tener que practicar prueba adicional alguna. ¿Y en qué se fundamenta esta tesis? En que las personas que han participado en la gestación, preparación y actos de presentación del nuevo partido son "los de siempre", pertenecen al "entramado" de la izquierda abertzale.

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Cautela y desconfianza ante la presencia de Sortu

La credibilidad del mensaje que repetidamente formulan representantes de la izquierda abertzale tradicional es anulada de raíz por parte de muchos observadores externos. Yo prefiero apostar por ser un ingenuo perpetuador de la esperanza de una Euskadi en paz. La violencia anacrónica, la ideología totalitaria de ETA ha tratado durante demasiado tiempo de usurpar a través del terror nuestra soberanía y nuestra voluntad como nación vasca. Es el momento de la Política.

Javier Corcuera. Sí, la causa ha llegado a la sala especial del Tribunal Supremo, y celebramos que, en un Estado de Derecho, los problemas se resuelvan por quienes aplican el Derecho, sea el Tribunal Supremo o sea el Constitucional, si el primero decide la ilegalización. Este dato tampoco es trivial. Cuando se trata de resolver si Sortu es, o no, la continuación de Batasuna/Herri Batasuna y, en consecuencia, si forma parte del gran tinglado encabezado por ETA, ésta nos recuerda que existe y que tiene algo que decir. Y un grupo que no oculta de donde proviene no puede hacer como si ETA no existiera, ni puede resolver las razonables dudas que existen sobre su vinculación con ella diciendo que condenará los eventuales actos terroristas que pueda realizar en el futuro. Porque ETA sigue viva y sigue preparada para matar.

No se trata de que la Ley niegue el derecho al voto de un significativo número de votantes vascos. Se trata de que la representación política de estos electores deje inequívocamente claro que ha roto sus vínculos con ETA y que desea que desaparezca de la escena. Ha habido demasiadas treguas rotas y, aunque esto es otra historia, la sociedad vasca no puede hacer como si ETA no hubiera existido.

P. ¿En qué pueden cambiar esa percepción las últimas importantes detenciones de etarras?

J. J. Á. Las últimas detenciones de etarras confirman, por desgracia, que ETA quiere jugar (macabra y perversamente) un papel de tutela en todo este proceso. Prueba que hay división en ETA, prueba su debilidad, prueba que una cosa es la acción policial y otra el Derecho y la política...¡pero no prueba que Sortu sea ETA!

J. C. La detención de un importante comando de ETA, cuyos miembros han confesado dos asesinatos y algunos atentados más, ha sido muy importante, porque esa gente estaba dispuesta a seguir con su macabro trabajo. Por eso sería necesario que Sortu dijera que ETA tiene que desaparecer. Y al costarle decirlo, nos incrementa la duda de lo que son de verdad, y nos hace dudar de la ausencia de relaciones entre ese mundo y el padre del entramado. Para la vida política moderna de este país ETA no tiene que seguir existiendo.

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