Johnny Preston, el cantante de un amor cherokee
El 'rockabilly' sobre el indio Running Bear fue su mayor éxito
Su canción fue uno de esos temas que durante un año conoció todo Estados Unidos, y aún hoy se recoge en numerosos recopilatorios y discos de época. Running Bear, que estuvo en lo más alto de las listas de Billboard en 1960, fue un gran éxito, que convirtió al cantante Johnny Preston, fallecido el pasado 4 de marzo a los 71 años por un fallo cardíaco, en algo más que un cantautor tejano del montón.
Nacido en 1939 en Port Arthur, Tejas, Preston empezó tocando en la Universidad de Lamar en una banda llamada los Shades. Durante un concierto, llamó la atención del productor musical J.P. Richardson, más conocido como The Big Bopper, quien tristemente se haría célebre tras morir en el accidente de avión en el que viajaban Buddy Holly y Ritchie Valens el 3 de febrero de 1959.
La aparición de Richardson fue crucial en la carrera de Preston. Él fue su padrino artístico al llevarle en 1958 al sello Mercury Records y ofrecerle la posibilidad de interpretar algunas de sus composiciones. Richardson trabajaba en la radio local KTRM, donde llegó a estar pinchando discos durante seis días seguidos para batir un récord, y en sus ratos libres componía música. Una de las canciones de su cosecha fue Running Bear, que cedió antes de morir a Preston, con el que entabló una buena amistad.
Richardson compuso un extraño y tranquilo rockabilly de temática adolescente, inspirado en recuerdos de su infancia en el río Sabine, donde solía escuchar viejas historias de las tribus indias. La letra describía un romance al más puro estilo Romeo y Julieta entre Running Bear, un "joven y valiente indio", y Little White Dove, "una dama india". Ambos guardaban un "amor tan grande como el cielo", pero un río, metáfora de una distancia histórica y cultural, les separaba. Con ese arranque de gritos cherokees y esa base nativa con el respaldo vocal de Richardson y George Jones, maestro del country, la tragedia parecía reflejar el envés de la historia de Estados Unidos, un relato no oficial en el que los colonos habían masacrado a los indios nativos americanos. La canción generó polémica pero fue un éxito. A fin de cuentas, hablaba de un amor juvenil y verdadero en la Norteamérica de 1960 cuando, tras la magnífica irrupción del rock'n'roll, los jóvenes querían consumir música y hallar señas de identidad en sonidos y letras acorde a los tiempos de cambio y liberación.
Running Bear fue versionada por varios artistas, entre ellos Led Zeppelin, que la tocaban en sus conciertos. Preston consiguió un disco de oro con la canción y más éxitos destacados, aunque menores, con Feel So Fine y Cradle of Love. Entró a formar parte del Salón de la Fama del Rockabilly por su contribución al género. Ni él ni la canción eran de las mejores, pero Johnny Preston y su Running Bear habían llevado al género, al menos, a lo más alto de las listas de éxito.
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