Las reclusas buscan una salida en el trabajo y la formación
La cárcel de Martutene tiene 37 presas, cinco de ellas cuentan con un sueldo
Arantza pasea por el patio interior de la cárcel de Martutene segura de sí misma, acicalada y con ganas de celebrar ayer el Día Internacional de la Mujer. Tiene 32 años y está en prisión preventiva desde hace "dos años y un mes", puntualiza por tráfico de drogas a la espera de juicio.
Su trabajo limpiando y sirviendo en el comedor de los hombres es remunerado, unos 250 euros al mes, aunque si son varias las personas las que trabajan sale a menos el sueldo. Es una de las 37 reclusas, 19 de ellas en tercer grado, es decir, que están fuera y pernoctan en el penal, de un total de 361 internos.
Arantza se levanta todos los días a las ocho de la mañana y no descansa hasta que cae rendida en su celda. Además de trabajar en el comedor de los hombres, donde asegura que "le tratan con mucho respeto" y sacarse el título de inglés, asiste a terapias con psicólogos, acude a Alcohólicos Anónimos más por curiosidad que por necesidad y asiste a Proyecto Hombre porque es consumidora de pastillas, speed y cocaína desde los 13 años. "Por la tarde jugamos o charlamos. Es importante llevarte bien con tu compañera de celda porque sino la condena es doble", asegura.
Las mujeres que trabajan en el penal ganan unos 250 euros al mes
"Es importante llevarte bien con tu compañera, sino la condena es doble"
En su caso, esta donostiarra no pudo optar a la libertad condicional por falta de arraigo familiar. Sus padres murieron cuando era pequeña y su hermana vive en Galicia. "El juez dijo que había riesgo de fuga", recuerda sentada en la biblioteca de la cárcel. "Me lo tomo como un internado. Somos pocos y el trato es muy familiar, me he desahogado muchas veces con los funcionarios", cuenta. También denuncia que lo peor es "el abuso de las condenas preventivas".
Para la mayoría de los reclusos, lo peor llega durante las fechas festivas cuando no pueden estar con los suyos. "El primer año se pasa rápido porque tienes que aprender cómo funcionan las cosas aquí dentro y el objetivo es hacerte con el sitio. Pero el segundo año es más duro, ya lo conoces todo y te aburres más. En mi caso, la psicóloga que me ha ayudado muchísimo, me dice que no deje de hacer cosas porque soy muy movida".
Habla de los términos amistad y hogar en la cárcel de una forma singular. En su celda o chabolo como le gusta decir tiene televisión, un exprimidor y cosas como "en tu casa porque se trata de vivir lo mejor posible". De las amigas, muchas van y vienen porque son presas en preventiva. "La última en irse fue una que estaba por política con la que jugaba a la pelota. Era muy sana", recalca. Arantza dice que cuando salga quiere ser más humilde: "Ponerme en el pellejo de otras personas. Mi vida no ha sido fácil, siento que he sido coaccionada por mi entorno pero las cosas que he hecho ha sido porque me las he buscado".
Oihana llega con prisa del vis a vis que ha tenido con su madre. Quiere ver la obra teatral pero también quiere hablar. A sus 26 años le ha caído una condena de once años por tráfico de drogas, aunque hace una semana le dieron la buena noticia de que con la reforma del Código Penal se ha reducido a siete. Lleva once meses en prisión y lo que peor lleva es cruzarse por los pasillos con su ex pareja, también condenado por drogas. "Es una desgracia tener que verle aquí dentro porque es muy duro lo que me pasó. Yo asumo que me pillaran con 40 gramos pero a él le pillaron dos kilos de droga y tenemos la misma condena. Es desproporcionado", denuncia. Llegó a recurrir la sentencia pero no consiguió reducir los cargos.
En Martutene, trabaja limpiando la sala donde se hacen los vis a vis y cobra 240 euros al mes. El tiempo libre lo dedica a estudiar para la prueba de acceso a la universidad porque quiere ser trabajadora social.
Sus amigos han abierto una página en la red social Facebook Oihana askatu, no a las injusticias judiciales. De momento, se agarra a la reducción de condena a siete años "la noticia te permite ver la puerta de salida más cerca" y a los permisos y el tercer grado.
Vizcaya premia la lucha de Aminatu Haidar
La activista pro saharaui y de los derechos humanos, Aminatu Haidar, el ayuntamiento vizcaíno de Bedia y las asociaciones Susterra y Emakua, fueron ayer los galardonados con el Premio Berdintasuna, entregado por el diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, y que desde hace nueve años otorga la Diputación foral, con el objetivo de distinguir el trabajo por la igualdad de hombres y mujeres.
Bilbao denunció que "la violencia es la cara más amarga de la carrera por la igualdad" y recordó cómo el pasado año se detectaron en Vizcaya 2.366 casos de violencia de género. "Son datos fríos, pero que esconden mucha tristeza y dolor", admitió.
En esta edición, Aminatu Haidar, conocida por protagonizar una huelga de hambre durante 32 días tras ser expulsada de El Aaiún, no pudo acudir "por problemas de salud", pero agradeció telefónicamente el galardón y felicitó a las mujeres "sobre todo a las libres que han sacrificado sus días a favor de los derechos de los demás".
En su intervención, Bilbao destacó a Haidar por ser "una mujer que no ha bajado un solo momento la cabeza, aún a riesgo de hacer peligrar su salud, por defender sus ideas, desde su condición de mujer en una sociedad de hombres".
Por su parte, la Diputación Foral de Álava afirmó ayer que la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones "es clave" para avanzar en la igualdad, "y constituye además una exigencia de la democracia representativa y participativa". En una declaración institucional, la Diputación critica que "a pesar de los avances logrados, todavía hoy en día, tanto a nivel mundial como local, las mujeres siguen sin ocupar el espacio que les corresponde".
Finalmente, las Juntas Generales de Guipúzcoa, en una declaración institucional, instan al Gobierno de Nicaragua que elabore un Plan Nacional para prevenir la violencia sexual que se ejerce contra los niños en este país.
Teatro entre rejas contra el machismo
Con una sátira teatral del grupo Ausartak, las presas de Martutene celebraron ayer el Día Internacional de la Mujer. Los presos tenían permiso para acompañar a las mujeres durante la representación de la obra que ensalza con humor valores contra la violencia machista, aunque muchos optaron por deambular por los pasillos del patio interior.
Entre los asistentes se encontraban funcionarios, responsables de la cárcel, representantes de Emakunde, concejalas del Ayuntamiento y miembros de Iresgi, responsable de las actividades socioeducativas y deportivas en la cárcel. Las voluntarias de Hegaldi, asociación que trabaja con las presas y organizadora del evento, ultimaban los preparativos para una merienda en el módulo de mujeres con la que las presas culminaban la jornada reivindicativa.
Inma, una abogada de Irún que lleva casi dos años en prisión preventiva a la espera de juicio por presunta estafa inmobiliaria, es la ganadora de un concurso en el que los reclusos participaban con cartas o frases sobre las mujeres. Habla con soltura y tiene las ideas claras: "No se está tan mal aquí, aprovechamos el tiempo. En mi caso estudio Sociología y Ciencias Políticas". Tiene 46 años y dos hijas, una estudia Periodismo y la otra tiene siete años. "Estar lejos de la familia es lo peor de estar aquí", reconoce. Para las reclusas la ventaja de estar en preventiva es que cuando llega la condena te conocen y te clasifican enseguida. "Lo peor es no poder disfrutar de las ventajas de la condena; permisos o el tercer grado", afirman.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.