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Reportaje:

Una leyenda del 'latin jazz' resucitada

Recuperado tras un 'shock' diabético, Camilo Edwards vuelve hoy a un escenario

Ha tocado con todos. Desde Omara Portuondo a Juan Pablo Torres. "Para nosotros fue mucho más que un gran músico, fue un verdadero papá", afirma el trompetista cubano Chocolate Armenteros, que también tocó con él cuando vivía en Lavapiés. En octubre de 2010, Camilo Edwards, toda una leyenda en el campo del latin jazz, cayó fulminado y entró en coma por una diabetes que desconocía padecer.

Desde entonces su contrabajo guarda silencio. Pero esta noche Camilo volverá a subirse a un escenario, el del Clamores Jazz, donde está previsto que le acompañen amigos músicos como Andrés Olaegui, Carlos Carli, Miguel Ángel Chastang, Orquesta del Solar, Pájaro, Jaime Reyes y Calle Mora, Arturo Lledó o Marta Patrici. "Aguardo la cita entre expectante y abrumado", asegura. "No me merezco que la gente sea tan buena conmigo".

Poco a poco, el panameño recupera la memoria de aquellos días fatídicos: "Venía de un bolo. Recuerdo que llegué a casa y a partir de ahí me empieza a bailar la cosa. De repente comencé a sentirme mal. Llamé a una amiga y me dijo: 'Túmbate y mantén la puerta de la calle abierta'. Luego sé que vinieron varios de mis amigos y me llevaron al hospital, pero eso ya no lo recuerdo".

Gracias a los esfuerzos de sus allegados, Camilo fue aceptado en una institución aun careciendo de cualquier cobertura médica: "Después de no sé cuánto tiempo inconsciente, llegó el día en que abrí los ojos. Lo primero que vi fue una cama y, sobre ella, alguien que se parecía mucho a Javier Estrella. Pensé: 'debo de estar mal, porque creo haber visto al director del Festival de Jazz de Madrid en la cama de al lado'. Pero sí, era él".

Mientras permaneció ingresado, Camilo hacía deporte y crucigramas. "Se me dan bastante mal", dice, "pero ya de antes". Desde hace unos días, el músico está de vuelta en Lavapiés: "Antes conocía las calles como la palma de mi mano, ahora me tengo que fijar para no perderme".

Tras cuatro meses y medio sin tocar, en febrero Edwards volvió a coger un contrabajo: "Mis colegas se están turnando para tocar conmigo y me ayudan a recordar los temas que he grabado. Gracias a ellos no he tirado la toalla. Cuando pienso en la que han organizado esta noche me entra el llanto. Porque puedo parecer duro por fuera, pero soy sensible por dentro. Seguramente, por eso me hice músico".

El contrabajista panameño afincado en Lavapiés Camilo Edwards.
El contrabajista panameño afincado en Lavapiés Camilo Edwards.LUIS SEVILLANO

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