Haz un hueco, si puedes
CitiFinancial, la entidad de créditos subpreferenciales de Citigroup para Norteamérica, plantea un tentador rompecabezas para los posibles interesados. Y parece haber al menos cuatro de ellos, compuestos por 11 empresas de capital privado (una de ellas dirigida por el expresidente de Citi, Bob Willumstad, y la antigua jefa de préstamos para el consumo, Marjorie Magner). Lo que les atrae es la perspectiva de que CitiFinancial, que se centra en consumidores con pocos ingresos, se convierta en una mina de oro a medida que las nuevas normas obliguen a los bancos convencionales a centrarse todavía más en los clientes acomodados. Pero cualquier nuevo propietario tendría que solucionar primero el dilema de la financiación de la empresa.
No es que CitiFinancial vaya a cargar a su comprador con préstamos arriesgados: Citi se ha pasado los dos últimos años saneando el negocio y solo incluye unos 15.000 millones de dólares de los mejores activos en la venta, junto con unas 1.300 sucursales. El problema es que aunque CitiFinancial tiene una cartera llena de préstamos al consumo, no tiene depósitos para financiarlos.
Eso significa que una CitiFinancial independiente tendría que depender de los préstamos bancarios y los mercados de capital para financiar su balance general. Pero ese modelo empresarial ha caído en desgracia, y no solo por la quiebra de entidades como Lehman Brothers y CIT durante la última crisis. Allá por 2002, Household Finance se vendió a HSBC después de que explotar los mercados del crédito se volviese demasiado caro. Y poco después, la decisión de Capital One de comprar un par de bancos minoristas se debió al menos en parte al hecho de ser excluida del mercado de la titulización durante casi un año.
De modo que comprar CitiFinancial conllevaría no solo ofrecer el precio pedido -Citi espera sacar al menos un valor contable de unos 2.000 millones de dólares- sino también suficiente deuda a medio y largo plazo para permitir que la empresa sobreviva sin explotar los mercados en el caso de que las condiciones del crédito vuelvan a pasar otro bache. Sin duda, Citi podría echar una mano inicialmente, pero cuanto más apoyo ofrezca, más difícil será convencer a las entidades crediticias de que CitiFinancial puede tenerse en pie por sí sola.
Hace un año o dos, el desafío probablemente habría desanimado a los interesados. Pero con la mejora de la economía, la posición de CitiFinancial como una de las pocas entidades crediticias que prestan servicios a personas con poca solvencia parece atractiva. Si el comprador resuelve la incógnita de la financiación -y puede mantener bajo control el préstamo voluble- podría terminar con una propiedad prometedora. -
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