El PP nacional presiona al Gobierno para que dé una salida a la caja gallega
NCG busca inversores sin descartar una fusión con otra entidad manteniendo su marca
Quedan cinco días para que los grupos representados en el Congreso decidan su intención de voto sobre el decreto de reforzamiento del sistema financiero, que impone unas exigencias de capital que en la práctica acabarán con casi todas las cajas de ahorros. El PP de Mariano Rajoy navega entre el voto favorable y la abstención. Un partido conservador no se puede permitir, en medio de una crisis planetaria como esta, oponerse a una norma apoyada por la patronal de las cajas (CECA) y por la gran banca. Lo contrario dañaría incluso su imagen en Europa, dicen fuentes financieras. Pero sus portavoces han insistido durante todo el mes pasado en que las nuevas exigencias de capital no les gustan nada. En esa sensación pesa bastante Novacaixagalicia, que está en la cuerda floja y necesitará con urgencia más de 1.000 millones de euros para adaptarse a las nuevas reglas de juego.
Feijóo apremia a su partido a que apoye una salida airosa para la caja
Dirigentes del PP discrepan con la idea de facilitar una salida a NCG
Otras cajas con problemas controladas por gobiernos regionales del PP, como Caja Madrid Bancaja y Caja Duero-España, han encarrilado su futuro en las últimas semanas. La primera confía su suerte a Bankia, el banco con que se estrenará en Bolsa. Los segundos quieren unir su destino a la fusión fría de cajas que forman Marenostrum (Murcia, Penedés, Granada y Sa Nostra). El propio Julio Fernández Gayoso, presidente de NCG, tanteó esa misma posibilidad, pero el Gobierno gallego no está dispuesto a permitirlo porque, dicen en la Xunta, "diluiría", el apego a sus raíces de NCG.
En cierta medida, en la cúpula de NCG saben que quedan pocas parejas de baile. Y menos aún proyectos en los que la entidad pueda llevar la voz cantante. "Antes de la fusión hubiera sido posible para ambas por separado, ahora no", dicen en el entorno de la entidad. Por lo tanto, sigue en el aire el desenlace de la gran apuesta política de la legislatura de Alberto Núñez Feijóo. El presidente gallego ha redoblado la presión durante las últimas semanas en su partido para que condicione el apoyo a Zapatero a cambio de la salvación de la caja gallega. Con el acuerdo político, Novacaixagalicia podría presentar un plan viable sin que las exigencias de capital hagan que pierda el control sobre el banco filial.
El asunto fue uno de los más destacados en la reunión del Comité Ejecutivo, la cúpula del partido, el pasado 21 de febrero. Feijóo dedicó casi toda su intervención a defender la pervivencia de NCG. Lo hizo a pesar de que algunos de sus compañeros, como el ex consejero de Economía de Madrid Antonio Beteta, se muestran públicamente a favor de privatizar todas las cajas de ahorros. Una corriente apoyada por el sector más liberal del PP, que no ve con buenos ojos el empeño de Feijóo en apelar a la famosa galleguidad. Pero Rajoy ha abrazado la tesis de la Xunta para que Novacaixagalicia controle la mayoría del banco que gestionará su negocio y está dispuesto a dar la batalla. Los contactos entre el PP y el Ministerio de Economía son frecuentes aunque "no hay nada cerrado", aseguran fuentes populares.
Mientras, la caja ha dado el paso que quería San Caetano: solicitar la creación de una ficha bancaria para recapitalizarse dando entrada a accionistas. Encontrarlos en este momento, según expertos como Emilio Ontiveros, de Analistas Financieros Internacionales, es una tarea muy complicada. El economista, que asesoró a Caixanova en 2009, desaconsejó entonces la fusión por el alto coste económico y ahora recuerda que es el peor momento para salir a Bolsa. Por eso la dirección de NCG no cierra definitivamente la puerta a integrarse en una fusión fría (manteniendo la marca y compartiendo el negocio en un banco), pese a que la Xunta ha expresado su rechazo a ese planteamiento.
También cobra fuerza la idea de que, finalmente, deba solicitar más dinero público del fondo de rescate en sus nuevas -y duras- condiciones, algo que hace algunas semanas se veía como la peor de las opciones. En ese caso tendría un mes desde el próximo jueves para presentar formalmente la petición ante el Banco de España.
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