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El Bioparc no acaba de despegar

El parque zoológico sigue tres años después de su apertura sin ganar dinero

Pablo Ferri

La calidad casi ni se discute pero el precio a pagar quizá sea demasiado alto. El Bioparc, el parque zoológico de Valencia, cumple hoy tres años y no acaba de despegar. El número de visitantes cae anualmente desde su apertura en 2008, igual que ocurre con la facturación. El Ayuntamiento hubo de avalarle 45,5 millones de euros en créditos hace algo más de un año. Este dinero sirve para pagar préstamos más antiguos que, de otra forma, resultaría complicado abonar. El parque necesita ganar dinero para subsistir y hasta ahora no lo ha hecho.

"El riesgo es algo inherente a la vida y al negocio, pero soy optimista", dice Tomeu Pons. El consejero delegado de Rainforest Valencia, dueña del Bioparc, responde así a la posibilidad de que el parque no pueda devolver los créditos. "Se han acabado de pagar las inversiones iniciales", cuenta, "y se ha conseguido ahorrar un millón de euros de gastos financieros", esto es, que los bancos les hacen pagar menos intereses al ser el Ayuntamiento el avalista. "Además", añade, "hemos aprendido algo en tres años, por lo que hemos optimizado el gasto corriente". De todas formas, el año pasado preveían recibir 470.000 visitantes y llegaron 20.000 menos. Para 2011 esperan aumentar las visitas un 10% y en 2015 llegar a 600.000. Estos datos son la base de su viabilidad, datos que en 2010 ya no se cumplieron.

La inversión inicial en el parque acaba de pagarse, dice la sociedad Rainforest
En 2010 preveían recibir 470.000 visitantes y llegaron 20.000 menos

Hace unos meses, a la vuelta del verano, el Bioparc lanzó una campaña publicitaria apabullante. Había carteles en todas partes, hasta en los escalones del metro. Se lanzaron promociones con la idea de fidelizar al cliente, con la idea, como explican, de que "el público más próximo entienda el Bioparc como parte de su vida". Ahora, por ejemplo, uno puede sacarse un pase anual por 50 euros y conseguir otro gratis para el niño, o decidir que solo irá entre semana y ahorrarse algún billete: ya no se trata de ir un día, sino de tomárselo como otro de los jardines de la ciudad.

A raíz de la llegada del AVE, el parque ha aprovechado para "llevar a cabo campañas publicitarias a nivel local, regional y nacional" así como para "potenciar" su "presencia en el sector turístico a través de mayoristas, minoristas, agencias de viaje...". Paco Tomás, de la mayorista Paisajes, asegura que en marzo, cualquier agencia de viajes madrileña podrá ofrecer viaje en AVE ida y vuelta más visita al Bioparc por unos 130 euros.

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¿Y por qué no se ha trabajado antes en esta línea? "Bueno", argumenta Tomeu Pons, "no habíamos podido invertir lo que hubiésemos querido, el gasto de comunicar a nivel nacional es grande". Vicente Blasco, presidente de las agencias de viaje de la Comunidad Valenciana, indica que al Bioparc "le ha faltado apoyo institucional tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat". "Estuvo muchos meses sin que el autobús público llegase a la puerta", apunta. Lo cierto es que el Ayuntamiento obligó al parque a costear una pasarela, "muy a su pesar", por 1,8 millones de euros, además de un aparcamiento "con un rendimiento económico que no se corresponde con lo proyectado" por otros nueve.

El Gobierno local, que dirige Rita Barberá, le ha subvencionado 1,8 millones de euros para su "equilibrio patrimonial", además de una campaña publicitaria por otros 298.000. Eso sin contar el aval por los 45,5 millones en préstamos. Estos dos asuntos han provocado las críticas de la oposición socialista, que incluso trató de pararlo con sendos recursos. Pons asume que "el Ayuntamiento ha ayudado en lo que ha podido". "Mira, es que no podemos permitirnos el lujo de acabar todos lo años perdiendo dinero como ellos [CACSA][CACSA]", puntualiza, "somos una empresa privada y tenemos que ganar dinero".

Si las cosas van como ellos piensan no tendrán problemas, pero si la crisis no remite a tiempo y el clima no acompaña el panorama cambia. Lo del clima no es broma. Tras consultar los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, Rainforest concluyó que en su primer año, el Bioparc sufrió casi el doble de días de mal tiempo que durante un año normal, lo que impidió la visita de 53.175 clientes "como mínimo". Luego está la crisis, que durante el mismo periodo le hizo perder, según sus estimaciones, otros 120.000 clientes. Más de tres millones de euros de ingresos que no llegaron. Así que si las condiciones acompañan bien, pero si no, el Ayuntamiento es el último responsable, primero porque es avalista de sus créditos y segundo porque si Rainforest no puede con el parque, la concesión vuelve al Consistorio, que tendría que buscar otra empresa que se hiciese cargo. Mientras tanto, el mantenimiento correría a su cargo, un escenario horrendo para una ciudad tan endeudada.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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