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Reportaje:

Santiago se libera de los plátanos

La ciudad reemplazará esta especie arbórea que tapa la luz y destroza las aceras

"Los árboles son importantes para la ciudad pero no todos son adecuados para todas las calles", explica la concejala de Medio Ambiente de Santiago, Elvira Cienfuegos. En la capital gallega llevan años rebelándose los plátanos, una especie que se planta habitualmente en las ciudades por su crecimiento rápido y la sombra que dan pero que causan multitud de problemas. En Santiago se centran en el barrio residencial de Fontiñas. La solución pasa por retirar la mayor parte de esta especie de árboles y no es barata: se invertirán 240.000 euros.

Son árboles grandes, que pueden alcanzar los 40 metros y resistir unos 300 años. También uno de los favoritos para adornar en avenidas, parques o paseos de la mayoría de las ciudades, pero no paran de dar problemas en las calles de Santiago. "Las copas interceptan la luz de las farolas y dificultan la entrada de luz en las viviendas y eso que están sometidas a una poda intensiva", enumera Cienfuegos entre los inconvenientes de esta especie. Las aceras sufren también los daños: como son árboles caducifolios, en otoño sus hojas cubren las aceras y, cuando se mojan, provocan resbalones, y las raíces del 60% de los 860 ejemplares de la zona crecen hacia arriba y rompen las baldosas, con el consiguiente gasto añadido. En algunos casos, las raíces también afectaron a la canalización del agua.

Plantar nuevos árboles en el barrio de Fontiñas costará 240.000 euros
Los 204 ejemplares que se arrancan darán sombra en varias parroquias

El barrio de Fontiñas, que en 2008 recibió el premio Philippe Rotthier de la institución europea Fundación para la Arquitectura por la calidad de su modelo de crecimiento, un ejemplo de integración y de diseño urbanístico, tiene en los árboles, que no paran de crecer, su mayor enemigo. A principios de 2009, el Ayuntamiento ya preparó un proyecto de intervención en el barrio -que se construyó en los años noventa y en el que viven unas 14.000 personas- que nunca se completó. Solo dos de las calles principales del barrio sufrieron una remodelación urbana y en ella hicieron el primer cambio de árboles: en lugar de los plátanos que se comían las aceras colocaron arbustos de Photinia, que demostraron un mejor comportamiento y que ya se plantaban en otros jardines de la ciudad.

La idea era entonces buscar un sistema que ralentizase el crecimiento de las raíces y restar así vigor a los plátanos, como se hizo con éxito en otras ciudades europeas. La opción de sustituir los árboles era el último recurso que se planteaba el Ayuntamiento. "Sería carísimo, casi tanto como cambiar todas las farolas del barrio", reconocía Cienfuegos hace dos años. Ahora, sin embargo, la solución del Ayuntamiento pasa por arrancar 204 plátanos de los 860 ejemplares que hay en el barrio y plantar en su lugar nuevas especies de hoja perenne: será la Photinia, que va cambiando de color, de verde a rojo, durante todo el año y que tiene flores aromáticas; y, sobre todo, el Ligustrum, un árbol que también da ramos de pequeñas flores y que crece de forma más lenta que los plátanos.

En las calles más afectadas -las de Madrid, París, Moscú, Bruselas y Viena- será donde se concentren las obras, que "no darán solución a todos los problemas", admite la concejala. En las zonas donde las aceras son más estrechas no se repondrán los árboles -es el caso de 19 plátanos- y se actuará sobre las raíces de algunos ejemplares para que crezcan hacia abajo y no dañen las aceras. Se reparará también el pavimento que ya está dañado, unos 12 metros cuadrados que obligará a cambiar 310 baldosas. Con la reforma, se aprovechará para eliminar los bordillos de granito que rodean la zona donde están plantados los árboles, "una barrera que hoy en día ya no se usa" y que se cubrirá con caucho.

La mayoría de los 185 ejemplares que se saquen de Fontiñas -las condiciones en las que estén determinarán si es viable una segunda vida- irán a parar "a sitios donde sigan teniendo utilidad, donde no haya árboles o donde haga falta sombra, como en [las parroquias] de O Eixo o Marrozos, pero no en aceras", puntualiza Cienfuegos. La época para transplantarlas es la más propicia, explican desde el Ayuntamiento, que ha establecido un plazo de ejecución de la obra de tres meses. La empresa Cespa será la encargada de acometer la tarea, para la que ha asignado a 22 trabajadores, siete de ellos de nueva contratación.

Cienfuegos recuerda la importancia de los árboles en los barrios, ya que "juegan un papel fundamental respecto a la calidad ambiental". "Amortiguan el ruido y las variaciones de temperatura, regulan la humedad, enriquecen el oxígeno, absorben dióxido de carbono, fijan partículas y gases tóxicos y aportan la riqueza de la diversidad de sus formas y colores que, además, cambian con las estaciones", resume la concejal.

Obras de retirada de los plátanos, en el barrio santiagués de Fontiñas.
Obras de retirada de los plátanos, en el barrio santiagués de Fontiñas.ANXO IGLESIAS

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