Cinco miembros de los Dominican Don't Play se sientan en el banquillo
El fiscal pide 35 años de cárcel para los integrantes de esta banda violenta
Cinco integrantes de la banda radical violenta de los Dominican Don't Play (DDP) se sentarán a partir de hoy en el banquillo de los acusados. El fiscal les imputa su pertenencia al capítulo de Alcobendas y el intento de asesinar en mayo de 2009 a otros cuatro rivales a tiros durante una reyerta en esa localidad. Para ello modificaron una pistola que, pese a ser detonadora en origen, disparaba proyectiles esféricos similares a las balas. Los cinco se enfrentan a penas de 35 y 36 años de cárcel, según la calificación del ministerio público.
El fiscal mantiene la máxima imputación para MacGuive Calcaño Cuevas, nacido en la República Dominicana. Le considera el soberano o máximo responsable de la sección de Alcobendas. Por tanto, se encargaba de organizar al grupo y controlar a sus miembros. El resto son considerados por el ministerio público como "miembros activos de la organización que participan en las actividades violentas organizadas bajo las órdenes del superior".
Atacaron con una pistola a cuatro jóvenes de otro grupo rival
Uno de los acusados fundó la rama madrileña de la organización
Los hechos que se enjuician ahora ocurrieron alrededor de las seis de la mañana del 17 de mayo de 2009 en la calle del Capitán Francisco Sánchez, frente a la discoteca Sucre de Alcobendas. Los cinco procesados, junto con otras personas no identificadas, se fueron hacia un grupo al que identificaron como integrantes de la banda rival de los Trinitarios. Se acercaron a ellos "con la intención de acabar con sus vidas y de atentar contra su integridad física". Para ello utilizaron una pistola semiautomática detonadora de la marca Blow. Había sido modificada de forma que podía disparar proyectiles esféricos. Uno de los acusados, Luis Alberto Campusano, sacó de una mochila el arma y se la entregó a Calcaño, que disparó a cañón tocante en la espalda contra uno de los integrantes del grupo oponente, Valentín M. M.
Luego hizo lo mismo, también por la espalda, contra otro, Heiser Lizandro M. M. El proyectil le entró por un glúteo. La intervención de un compañero suyo evitó que le alcanzara una zona vital. Calcaño efectuó un tercer disparo, según el fiscal, sobre César Raúl R. V., que le alcanzó en una mano. Los tres agredidos, junto con un cuarto componente del grupo, recibieron patadas y puñetazos por todo el cuerpo.
En el caso de César Raúl R. V., sufrió tres cortes con un machete en la espalda. Además, Calcaño le dio un fuerte puñetazo en la cabeza que le hizo caer al suelo, donde continuaron agrediéndole el resto de procesados, según las conclusiones preliminares del fiscal.
Como consecuencia del ataque, Valentín M. M. sufrió una herida por arma de fuego con orificio de entrada en el hemotórax posterior izquierdo, además de perforación de colon y diversas contusiones, entre otras lesiones. "Las citadas lesiones le hubiesen provocado la muerte de no recibir asistencia médica inmediata", afirma el escrito. Heise Lizandro M. M. tiene todavía presumiblemente material metálico (perdigones) en su glúteo izquierdo, mientras que César Raúl R. V. sufre secuelas estéticas. El cuarto integrante del grupo, Anderson Uneris P. R., resultó ileso. El fiscal acusa a los cinco imputados de ser autores de los delitos de asociación ilícita, de tenencia ilícita de armas, de dos asesinatos en grado de tentativa y de un delito de lesiones en tentativa, además de una falta de maltrato de obra y el pago de multas por valor de 6.240 euros.
En el caso de Calcaño aumenta en un año la petición de cárcel (36 años), ya que le considera uno de los fundadores de los DDP en España y más concretamente en Madrid.
También se les exige una responsabilidad civil de indemnización conjunta y solidaria hacia las víctimas por un montante de 33.538 euros y la prohibición de acercarse y comunicarse con las víctimas de 18 años. Tres de los cinco acusados están en prisión desde mediados de mayo de 2009.
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