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Vestidas para el Oscar

El Instituto de Moda y Diseño de Los Ángeles cuenta en sus instalaciones con la exposición más extensa de trajes de Oscar jamás exhibida: un centenar de modelos de unas 20 películas recientes lucidos por las cinco candidatas al Oscar a mejor vestuario. Pero poco importan estos modelos cuando el premio al mejor vestido se decide el próximo domingo fuera del teatro Kodak de Los Ángeles.

¿Acaso serán las curvas de una embarazadísima Natalie Portman las ganadoras del honor de ser la mejor vestida en la alfombra roja o será una Anne Hathaway quien se lleve el gato al agua sin siquiera estar propuesta? La pugna está abierta a todos porque, en cuestión de Oscar, lo único que importa es el honor de convertirse en la actriz mejor vestida del año. Un detalle que no se le escapa a las grandes casas francesas de alta costura que anuncian sus nuevas colecciones pocos días antes de las candidaturas al Oscar para que las futuras candidatas tengan donde escoger.

Su indumentaria es el secreto mejor guardado. Un secreto que supera su reserva al hablar de novios o hasta de hijos como es el caso de Natalie Portman, la favorita al Oscar a mejor actriz, que muestra orgullosa su barriga de embarazada por las galas de premios pero se calla muy mucho el nombre del diseñador de su vestido. Portman tiene un acuerdo con Dior, lo que puede inclinar la balanza a favor de un modelo de John Galliano a la hora del vestir.

Su rival a la estatuilla, Annette Bening, prefiere jugar dentro de la industria, y de la gran dama del cine se espera que repita su jugada en los Globos de Oro y vuelva a vestir un modelo de Tom Ford. Para algo el modista también es director de cine y presentará esta semana su nueva colección de moda durante la inauguración de su boutique en Rodeo Drive de Beverly Hills, en Los Ángeles.

Claro, que de quien más se espera es de Hathaway. Su pedigrí en los Oscar es inexistente, pero su presencia el próximo domingo en la gala como presentadora, labor que compartirá con James Franco, la hace merecedora de numerosos cambios de vestuario durante la velada, un lujo del que se encargará la estilista Rachel Zoe aunque a la actriz le costará caro. Porque los vestidos serán gratis, con las grandes casas de moda deseosas de mostrar lo último de sus colecciones en la pasarela más vista del mundo, pero los sueldos de estas estilistas llegan a ser astronómicos.

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