Un sueño musical
Música, mucha música para esta semana. Se agradece la visita de una orquesta como la London Philharmonic, de la que el Telegraph dijo que tocaba "como en un sueño". No es justo juzgarla con ligereza por ser la responsable de las bandas sonoras de Star Wars, y menos cuando desembarca en el Auditorio Nacional dos días consecutivos y con dos programas distintos. Mañana, si la monumental Sinfonía concertante, de Mozart, sabe a poco -algo prácticamente imposible-, el programa incluye la obra de consagración de Mahler, La canción de la tierra, en la voz de la británica Sarah Connolly. Para el martes, la exquisitez de la música francesa: Ma mère l'oye, de Ravel; una mística La muerte de Cleopatra, de Berlioz, y su inspirada Sinfonía fantástica.
En el atril, un entusiasta Yannick Nézet-Séguin, director revelación de solo 35 años. Por si fuera poco, esta noche Daniel Barenboim cambia la batuta por la banqueta para desplegar sus encantos al piano con dos sonatas de Schubert en el mismo auditorio.
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