Surfeando en cubierta

Estamos en el Mediterráneo o en el Caribe? ¿Importa? Bienvenidos al barco crucero más grande del mundo, una pequeña ciudad flotante donde todo está pensado para entretener, distraer, relajar. Una piscina para surfear, rocódromo, bares, tiendas, discotecas, un parque con tiovivo y árboles que llenarían un campo de fútbol, una tirolina de 25 metros que cruza el buque de babor a estribor, una pista de hielo para patinar y ver espectáculos con los personajes de Shrek, los pingüinos de Madagascar o Po de Kun Fu Panda, 16 cubiertas por las que pasear o hacer jogging, 2.700 camarotes, 24 ascensores y un equipo de más de 2.000 personas de 70 países al servicio de los cruceristas. El Allure of the Seas, de la naviera Royal Caribbean, tiene todo lo que un gran crucero debe tener, por ejemplo, un teatro de 1.380 personas y más de una veintena de restaurantes. Hay hasta una hamburguesería Johnny Rockets que te avisa de que tu mesa está lista a través de un busca, y una estupenda tienda de Cupcakes, la magdalena de moda. El barco podría estar flotando en una piscina, algunos ni se enterarían.

Botado a finales del año pasado, el Allure of the Seas pesa 225.282 toneladas y costó unos 1.000 millones de euros. Fue construido en Turku (Finlandia) y es hermano del Oasis of the Seas (estrenado en 2009). Unos centímetros más -mide 360 metros de longitud, 64 de ancho y 65 de alto desde el nivel del mar- le han dado el título del navío más grande, arrebatándoselo a su gemelo. "Unas pantallas táctiles con mapas interactivos te indican el camino más corto a tu camarote", comenta una joven inglesa con chándal rosa. Parecería que es fácil perderse, pero hasta un grupo de ancianos hace las veces de guía con un adolescente despistado. "Hay comida a todas horas y mil opciones, desde un puesto de perritos calientes hasta comida asiática", comenta encantada una señora mexicana.

Dar de comer a miles de pasajeros -hasta un máximo de 5.400- a gusto de todos no es tarea fácil.Quien se pase comiendo -hay auténticos reyes del bufet- puede quemar calorías en el gimnasio, provisto de los aparatos más sofisticados creados por el famoso diseñador industrial Antonio Citterio para Technogym. "Tienen más aparatos que en mi gimnasio de Nueva York", comenta un sudoroso ejecutivo cincuentón recién salido de una sesión de Pilates. Unos 160. Para reponerse del esfuerzo, en el spa Vitality at Sea esperan 29 salas para tratamientos, saunas, salas de vapor y tumbonas climatizadas.

Vinos en el iPad

Pero el mérito del Allure of the Seas no radica únicamente en su tamaño, sino en la combinación con elementos que hacen de este buque algo especial, como el enfoque medioambiental, la alta tecnología y el diseño. La conciencia ecológica pasa por el uso de paneles solares y de pintura no tóxica, la reducción del consumo eléctrico hasta un 40% respecto a otros barcos o una planta propia de gestión de residuos y un sistema de depuración de aguas a bordo. "Hemos pensado en verde porque nos jugamos nuestro futuro", explica Belén Wangüemert, la directora general de Royal Caribbean en España. También destaca la apuesta por la tecnología, por ejemplo, en el check-in online, los sistemas de seguridad en la navegación, la monitorización de lo que pasa en el barco, los quioscos para la gestión de la cuenta de gastos, los enchufes para iPods en todos los camarotes o las cartas de vinos en el iPad. En cuanto al diseño, en el Allure of the Seas (algo así como el Encanto de los Mares) se ha conseguido un resultado más actual al habitual en el sector. Quizá el ejemplo más reseñable sean unos camarotes tipo loft de doble altura, de más de 50 metros cuadrados, con interiorismo contemporáneo y vistas al océano. A pesar de las cifras apabullantes, en un crucero grande como este uno puede estar tan ocupado o tan relajado, tan acompañado o tan solo y tan cerca del mar o tan lejos como quiera. Para viajar con familia es ideal, ya que cuentan con espacios específicos tanto para bebés como para niños y adolescentes. El concepto "todo incluido" y su variada oferta de ocio están atrayendo a grupos de jóvenes y amigos, bajando la media de edad tradicional de los cruceros. Y como no podía ser de otro modo, una pareja en luna de miel encontrará rincones en los que contemplar la puesta de sol tranquilamente, sin escuchar al animador o la orquesta de las piscinas.

En el Allure of the Seas, sus promotores se han empeñado en programar en alta mar el musical Chicago en el Amber Theater, en el que se proyectan también películas en 3D. Más espectáculos: el teatro acuático al aire libre. Además de las piscinas habituales, el pasajero se puede zambullir en cuatro piscinas de hidromasaje suspendidas a 41 metros sobre el océano. Hay un bar-ascensor que sube y baja entre cubiertas, minigolf y canchas de baloncesto, voleibol y fútbol. ¿Quién da más?

» Durante el 2011 el Allure of the Seas hará rutas por el Caribe Este (siete noches con embarque y desembarque en Fort Lauderdale, Florida, y escala en Saint Thomas, Saint Maarten y Bahamas) y Caribe Oeste (siete noches con embarque y desembarque en Fort Lauderdale y escala en Haití, Jamaica y México). Los precios se pueden consultar en www. royalcaribbean.es y parten desde 553 euros por persona.