Bahréin sigue en el aire

La celebración del Gran Premio de Bahréin, apertura prevista del Mundial de F-1 el 13 de marzo, y de los entrenamientos libres previos, del 3 al 6 de ese mes, siguen en el aire por las protestas sociales en el reino. Bernie Ecclestone, el patrón del circo, afirmó ayer en la BBC que el próximo miércoles será el día límite para decidir si se disputa o no la carrera. A su vez, los directivos de los equipos se reunieron en el circuito barcelonés de Montmeló y comunicaron que tampoco ellos resolverán nada hasta la semana que viene. "Estamos estudiando otras alternativas", comentó Christian Horner, de Red Bull; "no tendría sentido anular ahora las pruebas de la primera semana de marzo y que luego se disputara la prueba". Las posibilidades de que se realicen esos ensayos en Bahréin son, en cualquier caso, escasas. Hasta el punto de que preguntaron a los responsables de Montmeló qué disponibilidad tienen para fechas próximas.

"Estuvimos hablando de cuatro días de entrenamientos, que podrían celebrarse la última semana de febrero o la primera de marzo", explicó Salvadó Servià, nuevo director del circuito catalán; "nos movemos en esas fechas, pero seguimos hablando en condicional porque todo depende de cómo evolucione la situación en Bahréin". La decisión no puede retrasarse en exceso. Los equipos solo discrepan en si llevarlos a cabo la semana que viene o darse otra de margen para poder probar nuevas mejoras en los coches. "Pondremos todas las facilidades", concluyó Servià; "la F-1 es lo que más dinero nos da".

Ecclestone advirtió: "Si el miércoles no se ha empezado a calmar la situación, tendremos que suspender el gran premio. Pero el calendario no se modificará. Así, esa carrera se situaría en otro momento de la temporada". Previsiblemente, en noviembre. De ese modo, el Mundial comenzaría el 27 de marzo en Australia.