Inquietud laboral por Nueva Rumasa
Los trabajadores de las plantas andaluzas empiezan a movilizarse
La crisis del remozado imperio de José María Ruiz-Mateos afecta en Andalucía a más de 800 trabajadores de Bodegas Garvey,Dhul y Clesa, empresas del grupo Nueva Rumasa que se han acogido al concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) para intentar renegociar su elevada deuda.
La familia Ruiz-Mateos controla casi el 20% de la producción vinícola en el marco de Jerez. Las bodegas Garvey emplean en la comarca a unas 350 personas y aglutinan un total de cinco firmas vinateras, tras la compra de una de las mayores cooperativas de Sanlúcar de Barrameda. La empresa reunió ayer a la plantilla para transmitirle "tranquilidad" y asegurarle que el grupo es capaz de dar salida a sus deudas.
Desde los sindicatos quieren creer los planes de la compañía, aunque califican la situación de "muy complicada". Luis Páez, de CC OO, reclamó "un papel más intenso de las Administraciones" ante una situación "que se veía venir". Para el Consejo Regulador lo más difícil de encajar es que Garvey produce la quinta parte del negocio bodeguero de la denominación de origen jerezana. El presidente de la institución, Antonio Fernández, deseó ayer que el proceso actual "sirva para pagar a todo el mundo". Dicho esto, criticó un modelo de gestión "que no conduce a nada bueno" y esperó que este caso "sea un referente para que nadie vuelva a gestionar así".
En Granada, la situación afecta a 340 trabajadores que sufren impagos desde hace meses en la factoría de Dhul. CC OO confirmó que se les adeudan las pagas extraordinarias de junio y navidad así como una paga comprometida por la empresa con motivo del 30 aniversario. Según informó ayer UGT, Dhul no ha comunicado aún al comité de empresa sus planes de acción, algo que considera "muy negativo" dada la gravedad de la situación, que podría extremarse incluso con la posible subasta de sus instalaciones.
Por su parte, los empleados de la planta sevillana de Clesa (85) exigieron ayer a la Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa) que se implique en buscar una solución al problema, ya que les deben tres meses de salarios y no saben a qué empresa pertenecen. Los trabajadores pasaron en 2008 al grupo Nueva Rumasa, pero durante cuatro años se podría revertir ese acuerdo y pasar de nuevo a depender laboralmente de Capsa.
En Jaén, la inquietud es general entre los 75 trabajadores procedentes la desaparecida industria cárnica Primayor (antes Cárnicas Molina), que deberían ser recolocados en una nueva fábrica de Dhul, y que ya han hecho un curso de formación, informa G. Donaire.
El consejero de Empleo, Manuel Recio, llamó ayer a la tranquilidad y dijo que la Junta de Andalucía va a estar "al lado de los trabajadores".
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