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Reportaje:

Unas manos técnico-artísticas

La Universidad Politécnica de Valencia acoge una exposición de cómo las tecnologías han revolucionado el oficio fallero

Cristina Vázquez

No es una exposición clásica donde se narra la evolución de los materiales con que se han confeccionado las fallas. Desde hace décadas los ninots no se confeccionan al modo artesanal y en los talleres de los artistas las últimas tecnologías suplen hoy a lo que antes se conocía como tener oficio. De todo esto va la exposición titulada La falla, un artefacte tecnològic, inaugurada anoche en la Sala de Exposiciones del Rectorado de la Universidad Politécnica de Valencia y que abrirá al público hasta el 12 de abril.

El vínculo entre fallas y tecnología no es reciente. "Las fallas empiezan a aplicar la técnica de la reproducción serializada [con la introducción de los moldes] en los años 50 o 60 y así consiguen aumentar la productividad. Son tiempos en que la fiesta crece muy rápido y el trabajo artesanal se vuelve caro", explica Tono Herrero, comisario de la exposición promovida por la Associació d'Estudis Fallers (Adef).

La organización planta una falla con 'ninots' virtuales
El uso de archivos en 3D y escáneres es hoy lo más habitual

"Excepto la pintura que colorea las figuras, el único proceso que sigue siendo manual, el proceso constructivo de estos monumentos se ha beneficiado de las tecnologías digitales", añade Herrero. Escáneres, archivos en 3D, software de dibujo, sistemas acotados de curvas de nivel..., todas estas técnicas se emplean en los talleres de diseño. El acotado de las curvas de nivel, tan común en los mapas, sirven a los artistas para representar superficies de formas muy irregulares. O la serialización, conocida popularmente en los talleres como refrito, que he permitido la creación de un mercado de moldes para las fallas que no pueden pagar cada año diseños novedosos.

Para los profanos, el comisariado de la exposición ha previsto varios ejemplos de cómo funcionan estas manos técnico-artísticas. El visitante podrá seguir paso a paso cómo se confeccionó la cabeza del maestro juguetero, la pieza con la que la Falla Exposición-Micer Mascó-Arévalo Baca, de Valencia, remató su monumento de 2007.

Y para rematar esta muestra, Adef ha plantado una falla un tanto peculiar en la calle, a pocos metros de la sala de exposiciones. Se llama IGLÚ, acrónimo de Instalación Genérica de Localización Urbana, y se parece a un iglú, solo que en madera y con unas dimensiones de tres metros de alto por unos cinco de base, explica el comisario. Será la primera falla creada a partir de la tecnología de la realidad aumentada. Dentro de la exposición y a través de un monitor, el iglú físico del exterior parecerá un monumento al uso, con su remate y sus ninots.

La cremà de este monumento se llevará a cabo el 9 de marzo porque, como dice Tono Herrero, plantar una falla y no quemarla sería poco menos que un sacrilegio.

En la imagen, ejemplos de diferentes moldes, que irrumpieron con la serialización del proceso de confección de las fallas.
En la imagen, ejemplos de diferentes moldes, que irrumpieron con la serialización del proceso de confección de las fallas.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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