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Reportaje:

Un rincón 'jondo' en Londres

El Flamenco Festival se consolida en el Teatro Sadler's con el 85% de ocupación

Margot Molina

En el patio de butacas del Teatro Sadler's Wells de Londres, uno de los templos de la danza de la capital británica, se oía jalear tanto y tan a compás que cualquiera podría confundirlo con uno de los muchos espacios escénicos que tiene Andalucía. La salida al escenario de Rocío Molina sin lunares ni volantes, con una especie de bikini negro, no sorprendió a un público fiel que sigue la programación del London Flamenco Festival desde su primera edición en 2003 con una media del 85% de ocupación.

A pesar de que Cuando las piedras vuelan, el espectáculo que presentó el pasado martes la bailaora y coreógrafa malagueña Rocío Molina, es un montaje sin concesiones al tópico, el público se mostró encantado y aplaudió largamente el ejercicio de austeridad y lirismo que firma la artista, quien recibió el Premio Nacional de Danza 2010 con tan solo 26 años. "Esta es la temporada que presentamos la programación más arriesgada, sobre todo con las creaciones de Israel Galván, Eva Yerbabuena y Rocío Molina. La idea es ir combinando lo más innovador del flamenco con montajes más conocidos como Carmen, de Aída Gómez, o el concierto que ofreció el miércoles Tomatito", comenta Miguel Marín, director del festival que nació en Nueva York y se celebra, puntualmente, en ciudades como París, Shanghai, Hong Kong o Bruselas.

El público británico no ha oído hablar de la declaración de la Unesco

La cita, que comenzó el pasado día 8 con un concierto de Estrella Morente y finalizará el sábado 19 con Cuando yo era, de Eva Yerbabuena, pretende abrir nuevos mercados en Rusia y Brasil a partir de 2012. "El festival tiene apoyos de varias instituciones públicas y, por tanto, nuestro deber es también dar a conocer el flamenco en otros lugares, abrir mercado para las compañías y facilitar encuentros entre los flamencos y artistas internacionales de otras disciplinas. Como es el caso del coreógrafo londinense Akram Khan, quien está trabajando en una colaboración con Israel Galván", explica Marín.

"Le tengo un especial cariño al Sadler's porque he ido haciéndome con el festival, he venido siete veces. Empecé con pequeñas colaboraciones y en 2009 traje espectáculo propio, Oro viejo. Me sorprendió mucho el público, fue un éxito y la revista Times me nombró mejor bailarina del mes. Este un público de danza y, al principio, estaban muy callados; pero ahora se nota cómo sienten las emociones e, incluso, se atreven a jalear", asegura Rocío Molina, dueña de un lenguaje muy personal; flamenco pero completamente abierto a cualquier cosa que le ayude en sus "recapacitaciones".

Sarah Bejarano, londinense de 24 años que trabaja en una galería de arte, no conocía a Rocío Molina, pero había oído hablar de ella y le interesa ese acercamiento a la danza contemporánea de la bailaora. "Me gusta el flamenco desde hace tiempo, he tomado clases de baile y cuando voy a Madrid siempre voy a ver flamenco", dice esta espectadora que ha arrastrado a una amiga que se enfrenta por primera vez al género. "No tenía ni idea de que la Unesco ha declarado al flamenco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, me parece muy bien si eso ayuda a que haya más espectáculos. En Londres es difícil de ver", apunta Sarah a quien no le viene la afición de familia puesto que la suya, de origen español, llegó a Inglaterra "antes de la Inquisición", puntualiza. "Siempre voy a ver flamenco allá donde esté. A Rocío Molina la vi hace tres años y me encantó, también me gusta mucho Estrella Morente", afirma Albina Dzyaloshinskaya, traductora rusa que vive en Londres desde hace una década y quien tampoco tenía ni idea de la declaración de la Unesco.

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Para Tomatito, uno de los primeros en colgar el cartel de "No hay billetes" cada vez que toca en Londres y que presentó el pasado miércoles Luz de guía, el reconocimiento de la Unesco es una cosa "más para los políticos". "Siempre hace falta todo, sea bienvenida, pero yo creo que el panorama no ha cambiado mucho. Ya era antes un arte internacional", concluye el guitarrista, poco antes de enfilar para el Sadler's, dónde el flamenco se encuentra como en casa.

Rocío Molina, ante un cartel del London Flamenco Festival.
Rocío Molina, ante un cartel del London Flamenco Festival.MARIO ALFARO

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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