Una oportunidad a la paz
Habría que preguntarse, ¿puede prescindir la ultraderecha española de ETA? Aunque ya está muy manido, no deja de sorprender la pertinaz y recurrente obstinación de una estrecha franja de la sociedad, herederos de unos privilegios obtenidos al calor de una de las dictaduras más férreas del siglo XX, en sacar pecho y reducir al absurdo epopéyico de vencedores y vencidos el problema de ETA; claro está, siempre que el problema se plantee cuando gobiernan otros.
Por un lado, la Ley de Partidos Políticos deja claro a qué debe ajustarse el contenido de los estatutos y, por otro, el artículo 23 de la Constitución garantiza la participación en las instituciones, y el artículo 13, el derecho de sufragio: con estos mimbres, cualquier sociedad que se precie, solo debería buscar pasar página y huir del frentismo ideológico; pero para algunos esto significaría quedarse sin discurso.
Decía John Lennon en uno de sus temas: "demos una oportunidad a la paz", fue hace 40 años y qué lejos queda ya.