Nace un nuevo sello teatral en el Círculo

Escena Círculo levanta el telón. El nuevo sello albergará la nueva programación teatral del Círculo de Bellas Artes y nace con un distintivo esencial: su carácter orgánico. "Cada uno de los sucesivos ciclos que lo integren estarán elaborados en torno a una idea común", dice Gonzalo García, programador de espectáculos del centro. "Podemos remitirnos a una época o a una efeméride teatral determinada, o a un movimiento dramático significativo o a un autor relevante...", explica.

Por ejemplo, esta primera edición gira en torno al teatro contemporáneo. Pioneros como Strindberg (Acreedores, 1888) y Chéjov (Tío Vania, 1897 y El jardín de los cerezos, 1903); y herederos, como la propuesta con la que han arrancado, títeres de alta escuela (Aullidos, 2007) de Teatro Corsario. El núcleo de esta primera programación lo ocupan tres figuras del teatro universal: Samuel Beckett, Harold Pinter y Fernando Arrabal. El epicentro es Samuel Beckett.

La compañía Tejido Abierto, mediante una puesta en escena de las situaciones y de los personajes más característicos de toda su obra, logra una honda indagación en los elementos germinativos de su dramaturgia. Flanquean al escritor irlandés el británico Harold Pinter (del que veremos El amante, donde brilla su dominio del diálogo) y el español Fernando Arrabal (cuyo Fando y Lis es quizá su aportación más notable al teatro del absurdo).

"Los tres autores se conocieron, pero fue Pinter el que estableció con Beckett una comunicación más constante desde que decidiera enviarle puntualmente los manuscritos de sus obras, sometiéndose a la valoración (escueta) que Beckett fue haciendo de su trabajo", aclara García.

Aullidos tiene su origen en una larga tradición que abarca relatos mitológicos como Cupido y Psique, y cuentos de hadas como Blancanieves y La Bella Durmiente. "Antes de que Perrault los leyera a la corte de Versalles, los antecedentes de nuestros cuentos de hadas -significativas alegorías de la adolescencia-, se narraban en todo el mundo en grupos de adultos, al amor de la lumbre y sin censura. Aullidos incide en los aspectos que no se cuentan a los niños, a través de elementos cómicos y terroríficos, mediante una brillante puesta en escena que cuenta con más de 20 muñecos elaborados por las personas que los manejan con primorosa técnica", agrega.

"La madre de la joven Talía fue poseída por demonios y ajusticiada por la Inquisición. Para proteger a Talía de los hombres, la madre volvió como fantasma, la durmió con una aguja y quiso vigilar para siempre su sueño bajo el mar". El resto, en el escenario de la sala Francisco de Rojas.