Medir la eficiencia energética es rentable

Era el año 1997 cuando María Cubillo Sagüés, por aquel entonces responsable de proyectos de eficiencia energética en la multinacional Applus+, decidió aprovechar los conocimientos y experiencia adquiridos en su carrera para poner en marcha su propio negocio: SinCeO2.

Desde unos comienzos en los que invirtieron 150.000 euros "que gastamos en equipamientos, personal, alquiler de una oficina y poco más", la consultoría energética se plantea un presente que pasa por el uso de las nuevas tecnologías, por su presencia en foros como las redes sociales en Internet, en las que SinCeO2 ha comenzado a difundir un catálogo con 365 consejos, "simbólicamente, uno para cada día del año", dicen sus impulsores; pautas para que el ciudadano ahorre energía en su vida cotidiana sin renunciar al confort. "Pensamos que su difusión a través de Facebook y Twiter ampliará y acelerará su difusión", comenta la emprendedora.

No hay más que echar un vistazo a los proyectos desarrollados por esta consultoría desde su nacimiento para identificar la filosofía de estos 365 consejos. "En realidad son trucos fáciles y sencillos". "Siempre hemos querido promover, educar y desarrollar la conciencia energética de nuestra sociedad", agrega.

Con la idea clara de crecer y asentarse, "los beneficios que obtenemos los reinvertimos en la empresa", explica María Cubillo, asociada a Javier Mañueco, director gerente de SinCeO2. Cubillo ha visto en la corta historia de su empresa cómo la cartera de sus clientes ha ido evolucionando en paralelo a la situación económica del país.

"Al principio, eran las constructoras quienes nos pedían estudios sobre la cualificación energética de edificios nuevos. Luego, con la quiebra del mercado inmobiliario, comenzaron a pedirnos asesoramiento para mejorar la calificación energética de los edificios. Ahora quieren asesoramiento en la rehabilitación de edificios para así ir reduciendo el gasto energético". O sea, que de estar enfocada a constructoras e inmobiliarias, SinCeO2 ha pasado a trabajar principalmente para propietarios de edificios ya construidos, fábricas en explotación y empresas del sector terciario. "Por ejemplo, pueden llamarnos de una fábrica para que les digamos cómo tener una producción más eficiente mejorando el tipo de maquinaria, cambiando procedimientos de trabajo, etcétera", expone.

María, Javier y todo su equipo saben que, adelantarse a las necesidades futuras del mercado, puede traer nuevas oportunidades de negocio. El ejemplo lo tuvieron en junio del año pasado cuando la Unión Europea modificó su directiva para la eficiencia energética de edificios. Entre otras cosas, la nueva legislación obligará a partir del año 2015 a quien construya, venda o alquile edificios, a garantizar a sus compradores o arrendatarios estar en posesión del correspondiente certificado de eficiencia energética.

Modificaciones legales como esta, que podrían incrementar la petición de calificaciones energéticas de edificios en un 25%, obligan a SinCeO2 a estar al tanto de la evolución de las leyes, puesto que de ello depende, en gran parte, su propia evolución como empresa. "A nadie le gustará tener una mala calificación en la puerta de su edificio. Para que esto no ocurra y para conseguir un gasto energético cero, no quedará otra que aprender a combinar elementos como optimización de procesos y consumos, estudios y análisis de alternativas de generación... "no cabe duda de que esto nos abrirá nuevas posibilidades de negocio".

Y no solo a ellos, también podría suponer oportunidades de reciclaje laboral para personas que, ahora en paro, proceden de los sectores inmobiliario y de construcción. "Habrá posibilidades laborales en todos los niveles, desde el albañil que estaba en la obra y que se puede reciclar en técnico de medidas o instalador al arquitecto al que se le encargará el desarrollo de construcciones sostenibles. Los profesionales que ya conozcan los edificios, y que sepan reciclarse, tendrán una ventaja sobre los demás".