Hablando claro
El plan de reformas de Zapatero aún tiene la asignatura pendiente del paro
José Luis Rodríguez Zapatero parece, por fin, más realista. El presidente del Gobierno español ha logrado el apoyo necesario para la largamente esperada reforma de las pensiones. Ha aceptado la necesidad de reformar la negociación salarial colectiva. También ha impulsado la reestructuración del sistema financiero español exigiendo mayores coeficientes de capital, especialmente a las cajas de ahorros del país. Estos cambios habrían sido impensables hace un año. Pero Zapatero necesitará hacer más para hacer que el 20% de los desempleados españoles vuelva a trabajar.
La última medida fue un gran pacto firmado por los sindicatos y los empresarios que comprende, entre otras cosas, las pensiones y la negociación salarial colectiva. El meollo del acuerdo estaba en las pensiones. Los españoles se jubilarán ahora a los 67 años en vez de a los 65, aunque hay muchas excepciones. A algunos economistas todavía les quedan dudas sobre la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones. Las tendencias demográficas indican que el número de personas que se jubilen superará al de las que se incorporen a la mano de obra. Pero por lo menos el acuerdo tiene cláusulas que permiten una revisión en el futuro.
Los cambios en la negociación salarial colectiva no se aprobarán realmente hasta mediados de marzo. La reforma es vital para las perspectivas laborales españolas a corto plazo. En 2009, España representó la mayor parte de la destrucción de empleo en la Unión Europea, aunque los sueldos de los empleados españoles fueron los que más aumentaron. Urge una mayor flexibilidad ya que las empresas españolas deben hacer frente a mayores costes este año en varios frentes. El precio de la energía, de la que España importa la mayor parte, se está incrementando. La economía depende de los inversores extranjeros para obtener un capital cada vez más caro. Las empresas necesitan encontrar una vía de ajuste. Fomentar un mayor número de contratos a tiempo parcial ayuda, pero algunos casos exigen una deflación salarial, no solo una moderación salarial, como dice el Gobierno.
A corto plazo, estas medidas simplemente ayudarán a impedir que el índice de desempleo aumente más todavía en vez de reducirlo realmente. Los economistas afirman que para que esto suceda el crecimiento del PIB debe ser por lo menos del 2%, es decir, por encima del 1,3% que el Gobierno espera con optimismo para este año. Cuanto antes se implementen estas reformas, antes podrá volver a funcionar de nuevo el disfuncional mercado laboral español.
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