La Fundación Torrente recuerda a Luis Rosales

De aquella generación de escritores españoles que se adhirieron al franquismo en la posguerra y poco a poco se fueron distanciando de él, el poeta Luis Rosales fue uno de sus integrantes más significados. Otro, Gonzalo Torrente Ballester. La exposición Luis Rosales. El contenido del corazón recuerda, desde ayer y hasta el próximo 3 de abril, al autor de Diario de una resurrección y lo hace precisamente en las instalaciones de la Fundación Torrente en Santiago.

Rosales (Granada, 1910- Madrid, 1992) se había relacionado con los escritores del 27 en el Madrid de la II República. Incluso llega a publicar sus poema primerizos en Cruz y Raya, revista comandada por Pablo Neruda -entonces destinado en la embajada chilena de la capital española- y José Bergamín. Pero las relaciones más estrechas las entabló con hombres afines a su conservadurismo, por caso Leopoldo Panero. Fue entonces cuando el alzamiento fascista del general Franco llevó a García Lorca a refugiarse en la casa granadina de los Rosales, simpatizantes del bando nacional pero amigos personales del poeta. Lorca moriría asesinado en agosto de 1936.

Trece años más tarde publicó La casa encendida, uno de sus libros centrales, junto al experiencial y versicular Diario de una resurrección. Y formó parte del grupo de escritores del interior en el que también se integraban Dionisio Ridruejo, Pedro Laín, Antonio Tovar o Luis Felipe Vivanco. En 1982 recibió el Premio Cervantes.

La muestra de Santiago, comisariada por Xelo Candel, repasa la vida de Luis Rosales a través de fotos, manuscritos o documentos del legado del poeta conservados en el Archivo Nacional.