La astucia del vacío. Cuadernos de Benarés 1987-2004

Narrativa. La letra de Jesús Aguado (Madrid, 1961) lleva a Benarés, y de sus estancias allí se impregnan sus cuadernos de notas. Palabras que tratan de combatir lo que el autor define como un vacío astuto, capaz de convertirle en prisionero y de hacer que la liberación se inspire en ese hábil vacío. Batalla a la que Aguado se enfrenta desarmándose. Así, el autor cambiará de nombre, se llamará Víkram y celebrará no saber hindi para que ese desconocimiento no le señale conceptos seculares con los que nombrar cosas o situaciones. Eso le llevará a recordar la experiencia de Canetti en Marruecos y de Barthes en Japón. Desentenderse, despojarse, quedarse a la intemperie, así plantea Aguado La astucia del vacío. Resulta arduo adentrarse en su escritura, pues las huellas de los viajes son ensoñaciones que parecen afectar sólo al autor, pero la escritura crece y el acercamiento se produce. Aguado construye un mosaico con fragmentos de sus estancias, y esos destellos de aforismos, poemas, lecturas o reflexiones descubren la diáfana autoridad del autor. El texto incorpora apéndices donde se relatan asuntos que son cuentos, y la naturaleza de lo cotidiano hace acto de presencia y engarza con ese viaje interior más promiscuo. Esas dos partes armonizan y no hay sobresaltos. De tal modo que Víkram es también Jesús Aguado y la nube de insectos o las fotografías de los perros dormidos caminan bien junto a la chica que sube al tren y en su despedida deja un silencio de duelo en el vagón. Este es un libro para leer con calma.