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EL RINCÓN

Lo que no pasa de moda

Amelia Castilla

No es muy recomendable entrar en un despacho de moda en temporada de desfiles. Ángel Schlesser lleva más de veinte años diseñando colecciones, pero aún no se ha acostumbrado a la tensión que genera poner en pasarela las nuevas creaciones. "Todo va en marcha, pero los preparativos siempre se acaban convirtiendo en un pequeño desastre. El corte, el patronaje y los prototipos los hacemos aquí mismo, pero la fabricación global se cose fuera", cuenta nada más sentarse frente a un café en su despacho de Madrid. Se refiere a la colección otoño-invierno 2012 que presenta a mediados de febrero en Cibeles Madrid Fashion Week, pero los nervios ya se notan a flor de piel. Pensar en los meses de frío del próximo año con la colección de verano, plagada de tejidos vaporosos en azules y vainillas, colgada en las perchas y lista para inundar las tiendas, suena realmente lejano. Y más con lo que está cayendo en el mundo de la moda, donde incluso el público con dinero ha reducido drásticamente el consumo. "Ahora no es que vendamos en rebajas, es que el consumidor espera a la tercera rebaja para ahorrarse 11 euros. La gente que antes compraba tres prendas ahora se lleva dos, aunque sigue combinando los mismos criterios de necesidad e impulso a la hora de elegir", añade con sorna. El éxito de la ropa de este creador, que llegó a Madrid en los años ochenta con la carrera de Derecho acabada y se enganchó con el diseño, se identifica con tonos suaves y diseños poco recargados, eso que se conoce como fondo de armario. "Me he mantenido porque no he cambiado el criterio de calidad, tanto en el tejido como en su confección, aunque no puedo negar que he dejado fuera de registro los experimentos, ahora me muevo con mucho cuidado y sobre seguro. Se acabaron los excesos de antes". El contagio de la inseguridad parece extenderse en todos los sectores. Diseña con éxito perfumes, joyas, complementos, invitaciones a fiestas y etiquetas para reservas de 2004. Incluso hace tiempo que decidió dar el paso y pasar a la explotación directa de sus diseños. Mantiene las nueve tiendas de su firma y acaba de cerrar el contrato de alquiler de dos nuevos corner para su firma en unos grandes almacenes,

pero no habrá nuevas inversiones porque no "es buen momento para crecer". Schlesser (Santander, 1957), de bisabuelos alemanes, entendió hace tiempo que la capacidad de supervivencia del ser humano podía alcanzar límites increíbles, pero ahora empieza a palparlo día a día con una sensación extraña en el estómago.

El diseñador Ángel Schlesser, en su estudio de Madrid, donde ultima la colección que presentará en Cibeles, Madrid Fashion Week.
El diseñador Ángel Schlesser, en su estudio de Madrid, donde ultima la colección que presentará en Cibeles, Madrid Fashion Week.Luis Magán

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