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LLAMADA EN ESPERA
Columna
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Galerías domésticas

Estrella de Diego

Tener un espacio maravilloso para abrir una galería de arte no garantiza abrir una buena galería de arte y, mucho menos, abrir un espacio alternativo. Casi se diría que todo lo contrario. Por eso cuando uno va por ciudades cutting edge de verdad encuentra espacios increíblemente cool en lugares insospechados que hay que buscar, conocer, degustar, sorber, beber... A lo mejor la cosa es tan sencilla como no tener puerta a la calle y, desde luego, nunca escaparate -esto es básico si uno pretende mantenerse radical-.

No en vano el sitio que ha sido históricamente epítome de lo alternativo, pese a ser ahora un centro histórico de referencia, el ICA londinense donde se fraguó el pop, el punk y la performance más combativa, está en uno de esos edificios destartalados con aspecto de casa. Es posible que para ofrecer una propuesta diferente a lo planteado por el establishment haya que convertir la casa en galería o, como dijeran los situacionistas, haya que buscar "el misterio de las aceras" -dicho de otro modo, el lado sin manufacturar de las cosas-. No en vano Juana de Aizpuru o Fúcares, en sus orígenes proyectos con vocación de buscar ese misterio de las aceras, abrieron sus galerías en pisos.

Aunque tener un piso y abrir galería tampoco es garantía de radicalidad, a pesar de que proyectos esenciales como el colectivo Doméstico -con aquellas sedes móviles y mucha, mucha imaginación- probaran que es un buen comienzo. Además, en casa hicieron al fin y al cabo las primeras exposiciones los impresionistas -cuando eran cutting edge- y los Madi argentinos, entre otros.

Ahora mismo hay dos espacios domésticos funcionando en Madrid a los cuales nadie debería de dejar de ir. Los dos tienen regusto a espacio privado y son proyectos de gente joven que anda buscando otras fórmulas de mostrar y pensar el arte y ambos, propuestas muy diferentes además, reflejan, tal vez, el agotamiento de las fórmulas al uso del mundo artístico. El primero es el "espacio multiuso" de RMS, la agencia de producción que ha abierto su -pequeña- oficina al público. Así, al entrar a las exposiciones o conferencias en RMS-El Espacio, el visitante se da de bruces con la cocina que convive con el lugar destinado a las actividades. "No es inocente", advierten. Muchos comisarios empezaron haciendo exposiciones en sus cocinas y, además, es coherente con la actividad del colectivo: mostrar el proceso, "la cocina" de las actividades. En este momento tienen en marcha The Impossible Show, al cual han invitado a comisarios y artistas españoles y extranjeros -Dora García hizo los honores de inaugurarlo- para reflexionar sobre lo que les interesa: el comisario hace posible lo imposible.

El segundo lugar que merece la pena visitar es Espaciovalverde, dirigido por Asela Pérez Becerril y Jacobo Fitz James Stuart, y que tiene como sede una portería. El espacio, casero y diminuto, es al tiempo galería de arte, lugar de encuentro y librería -un sillón y pocos estantes- donde se venden -y se leen- libros de la sofisticadísima editorial Atalanta. Se trata de un proyecto delicioso, inusual en esta ciudad: fuera de cualquier moda. Se ha podido ver en su Miscelánea de Navidad 2010 que anunciaban de modo elocuente: "45 artistas. Poco espacio. Obra insólita". Insólita es desde luego su línea expositiva en la cual participan pintores consagrados como Miluca Sanz y artistas como Eames Demetrios, con el cual tienen prevista una acción en primavera para dar a conocer aquí su proyecto Kcymaerxthaere. Al tiempo se mostrará una exposición de artesanía de diferentes partes del mundo realizada alrededor de este mítico proyecto de Demetrios. Menos mal que aún quedan sitios para darse una vuelta porque estoy cansada de tanto conceptual monacal, que se parece todo mucho. Pues eso, hay que ir a ver estas casitas, que son muy especiales.

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