"Tengo que ser sufridor"

Cuando David Ferrer (Jávea, Alicante, 1982), el número siete, habla de cómo ha llegado a la segunda semifinal grande de su carrera, piensa en el trabajo duro de pretemporada, en jornadas de bicicleta con los amigos y una llamada premonitoria de su novia.

Pregunta. Llevaba tres victorias y 11 derrotas contra Nadal. ¿Qué le inspiró antes del partido?

Respuesta. Me llamó mi novia y me dijo: 'He soñado que ganabas el primer set'. Me ha hecho gracia. Cuando lo gané, pensé: 'Pues mira, va a ser verdad'. Javier, mi entrenador, me ha dicho que tuviera fe en mí mismo.

P. ¿Cómo se vive un partido contra el número uno?

R. En la pista siempre se sufre, porque este es un deporte muy físico en el que se necesita estar muy en forma. Es parte del tenis y de mí. Estoy acostumbrado. Sufriendo también disfrutas. Hay muchas maneras de sufrir. En un tercer set, vibrante, cuando te sientes bien físicamente... yo, por mi juego, tengo que ser sufridor, sino no estaría ahí y nunca podría llegar a ser profesional del tenis.

"Muchas veces me he conformado. Pasan las oportunidades. Ahora sé que debo mejorarlo"

P. Llegó a las semifinales en el Abierto de Estados Unidos 2007. ¿Qué aprendió entonces?

R. Muchas veces me he visto en situaciones con las que me he conformado. Son oportunidades que pasan. Ahora que lo he visto y lo he vivido, sé que tengo que mejorarlo.

P. Si pudiera, ¿qué le diría a su cabeza?

R. ¡No seas tan pesimista! ¡Sé más optimista!

P. Tras ganar a Nadal, tiene derecho a soñar. ¿Qué hará si gana el Abierto de Australia?

R. Iré a poner un cirio a Jávea y a agradecerlo, porque para que yo gane un torneo del Grand Slam tiene que haber algo más. No puede ser que lo gane yo solo.

P. ¿Por qué cambió sus entrenamientos este invierno?

R. He vivido muchas pretemporadas corriendo, haciendo prueba de resistencia, mucho intervalo corriendo a alto ritmo en la cinta... ¡mucha cinta! Eso se hace pesado. Tengo problemas de rodillas y nos hemos aficionado a la bici, porque más que trabajar, te lo pasas bien, es motivación. He variado mucho: he corrido por la montaña, he hecho mucha bici y, sobre todo, he jugado mucho al fútbol. Eso ha hecho que estuviera bien físicamente, pero también que me lo pasara bien. Cuando llevas tantas pretemporadas, no es fácil. Con la bici, te picas, haces rutas bonitas, por la naturaleza.

P. ¿Cuántos tacos dice en un partido?

R. Muchos, pero cada vez menos. En ese aspecto cada vez estoy más tranquilo: pasan los años, y he madurado. Igual que he intentado evolucionar tenísticamente, he intentado evolucionar como persona. Pongamos que digo 40 por partido, pero los digo para mí, no de cara al exterior, chillando.

P. ¿No le echan la bronca sus padres por eso?

R. Muchísimas veces. No podía decirlos delante de ellos, pero, por mi carácter, muchas veces he pecado en este aspecto. Les tengo mucho respeto, y cuando están delante...

P. De joven, le pusieron a trabajar en una obra.

R. Es una anécdota. Fue un momento de juventud, de no querer jugar al tenis, de no aguantar la presión.

P. Presión le pondrá Murray. ¿Qué le quitaría?

R. Tiene mucho talento. Quizás el primer saque, porque así gana muchos puntos gratis. Será un partido muy físico y muy duro. Tengo que intentar que no me lleve a su tela de araña. Te hace jugar mal.

P. ¿Qué ha cambiado para ganar a Nadal?

R. Que se ha hecho daño y he sabido aprovecharlo, estando concentrado. Es cierto, también, que empecé muy bien, muy agresivo, sintiéndome muy cómodo en la pista, con mucha confianza.