El presidente traslada al comisario Almunia las pretensiones andaluzas a corto plazo

El presidente de la Junta se estrenó en Bruselas visitando a un veterano compañero, el hoy vicepresidente de la Comisión Joaquín Almunia, viejo conocedor de Andalucía y por ello sensible a sus demandas.

Como después haría luego con el presidente de la Comisión, ante el comisario responsable de Competencia, Griñán hizo hincapié "en el gran problema que estamos tenido ahora mismo en el mundo agrario: los precisos que afectan a unas rentas que en el 80% depende de ellos". Más allá de la solidaridad, poco puede hacer Almunia en un asunto que gestiona el comisario de Agricultura, el rumano Dacian Ciolos.

Almunia también "comprendió perfectamente", según Griñán, la pretensión andaluza es conseguir un periodo transitorio para que no haya cambio traumático al abandonar los beneficios propios de región de convergencia (las que están por debajo del 75% de la renta media europea) para convertirse en una de competitividad, promoción que supone mayores demandas en la política de cohesión.

Optimista, el presidente andaluz se dijo convencido de que en 2014, "Andalucía será una región de competitividad y tendrá recursos transitorios para mantener políticas de cohesión". Pese a ser una de la regiones europeas con mayor tasa de paro, el presidente vendió en Bruselas una Andalucía con calidad en el factor humano y con experiencia en I+D+i, biotecnología, y biomedicina, sin olvidar su carácter de potencia agraria y turística.

Griñán mostró su apoyo a las medidas destinadas a dar potencia, solvencia y capacidad de hacer circular el dinero a cualquier entidad financiera. El presidente andaluz aseguró que la economía andaluza y española: "Están lo suficientemente capitalizadas, desde el punto de vista humano, físico y tecnológico, y lo que hace falta es que circule el dinero".