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COMUNICACIÓN

Sardá se despide de la televisión

El 'showman' deja Telecinco sin lograr emular el éxito de 'Crónicas'

Después de 14 años, Javier Sardá deja Telecinco. El contrato del conocido presentador y showman con la cadena privada finalizó el pasado 31 de diciembre y ahora ha decidido tomarse un respiro en cuanto a proyectos televisivos se refiere, ya que seguirá colaborando con Julia Otero en Onda Cero. Desde septiembre pasado interviene una vez a la semana en la sección 'El gabinete' (18.00 a 19.00), una tertulia de actualidad, pero no de corte político.

El periodista catalán (Barcelona, 1958) reconoció en varios medios digitales que su relación con Telecinco ha terminado "extraordinariamente bien". "Hemos decidido darnos un margen de maniobra y libertad ambas partes, lo cual no quiere decir que yo no pueda presentar un programa el mes que viene", aseguró. "Me encuentro en un periodo de reflexión y de calma" y "quiero dedicarme a disfrutar de mi nueva etapa como tertuliano, que no lo he sido nunca", añadió el presentador.

Telecinco señaló ayer que la cadena lamenta que Javier Sardá haya optado por no volver a la televisión. "No podemos más que acompañarle en esta decisión, al igual que a lo largo de todos los años en que contamos con su talento", dijo. Y añadió: "Se aleja de la televisión muy a nuestro pesar, pero estamos seguros de que el día que quiera volver su sitio será Telecinco".

Sardá llegó a en febrero de 1997 para animar tres horas en directo de acalorada discusión: el programa de debate Moros y cristianos. En septiembre de ese mismo año Telecinco, cadena pionera en atender la franja de madrugada con Esta noche cruzamos el Mississippi, le confiaba ese horario. Nacía Crónicas marcianas, un formato que a juicio de Sardá no llegaba con vocación de ser minoritario. "No se van a escatimar esfuerzos para ser creativos y competitivos, pero no queremos ganar audiencia con guerras sucias. Se rozará siempre el larguero pero no se hablará de sexo o política buscando la provocación, y no por cuestiones éticas, sino porque se puede hablar de esos asuntos sin caer en el mal gusto".

Toda una declaración de intenciones. Sin embargo, el programa empezó a endurecer sus contenidos con vídeos porno, strip-teases y grescas entre concursantes de Gran Hermano. Tanta transgresión hizo que Crónicas... se convirtiera en uno de los mejores exponentes de la telebasura. Durante años se mantuvo imbatible en la madrugada. La temporada 2003-2004 firmó su mejor dato con una media de dos millones de seguidores (35,3% de cuota). Con el aterrizaje, en enero de 2005, de Andreu Buenafuente en Antena 3, el polémico Crónicas iniciaba su declive. En verano de ese mismo año bajaba el telón y el rey de las noches televisivas durante ocho años se marchaba de año sabático.

En 2007 volvía a Telecinco con el programa de viajes Diutifri y dos años después regresaba a las noches gamberras con La tribu. El nuevo show en directo, en el que estaba escoltado por Carlos Latre, Mercedes Milá y Boris Izaguirre, fue cancelado al mes y medio de su estreno -17 de abril de 2009- por baja audiencia. Su última incursión fue El infiltrado (2010), una serie de especiales en la que se introducía en lugares de difícil acceso para mostrar realidades poco conocidas.

Y entre programa y programa también ha tenido tiempo para dedicarse a la literatura. En abril publicará Cataluña, España y la madre que la parió, reflejo del cansancio de la sociedad provocado por las continuas tiranteces territoriales. Debutó como escritor con Eros, Thanatos y su puta madre y el año pasado se pasaba a la novela negra con El asesino de presentadores.

Javier Sardá, en una imagen del programa <i>La tribu. </i>
Javier Sardá, en una imagen del programa La tribu.

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