Teatro de raza
Tras abandonar el proyecto en los setenta por falta de actores negros, Miguel Narros trae una obra de Genet con unos intérpretes cansados del encasillamiento
Son 13 actores españoles y negros en escena interpretando papeles de africanos y mostrando sus resentimientos hacia las antiguas colonias que desnaturalizaron sus orígenes y desvirtuaron su identidad. Los negros, la obra que el novelista y dramaturgo francés Jean Genet (París, 1919-1986) escribió en 1959, es revolucionaria hoy en España, donde los actores negros no encuentran papeles o interpretan a inmigrantes que han llegado en patera, o a delincuentes, o a manteros, o a prostitutas... El teatro, el cine, la televisión reproducen los peores estereotipos ligados al color de la piel. No hay más que preguntar a los actores que desde hoy pisan las tablas de la sala verde de los Teatros del Canal de la mano del octogenario Miguel Narros, cuál es el último papel que han interpretado.
"Ni todos somos inmigrantes ni todos vivimos en Lavapiés"
"En El truco del manco yo hacía de Adolfo, el amigo del Langui, que era un yonqui", comenta Ovono Candela, de 34 años y residente en Embajadores. Mansueto Manel, de 38 años, que vive en la avenida de América, asegura que hacía de un voluntario de ONG en la película Malas temporadas, y de "inmigrante de patera" en La piel azul. En Fuenteovejuna, Leonid Simeon (36 años) hacía de Ortuño, "el sirviente". Marilyn Torres, impresionante cubana, ha perdido la cuenta de las veces que ha hecho de prostituta: "La última vez en La ópera de los tres peniques". Claudia Cohelo, una angoleña de 29 años criada en Burgos, recuerda que su último papel fue el de "inmigrante subsahariana desmemoriada" en Tumbuctú, 55 días a camello. "En la serie La que se avecina hacía de un negro que hablaba castellano perfectamente, pero al que le pedían droga por ser negro", dice Malcolm Sité, que vive en Leganés y tiene 29 años...
En abril de 1964, a los 53 años, Jean Genet concedió a la revista Playboy una de las pocas entrevistas que existen del escritor francés caracterizado por sus obras de tinte social y reivindicativo. "No me interesa si, por ejemplo, Los negros le sirve a los negros. Además, no lo creo. Creo que la acción directa, la lucha contra el colonialismo, hace más por ellos que cualquier obra de teatro. En esas obras traté de dar voz a algo profundamente enterrado, algo que los negros y otros pueblos marginados eran incapaces de expresar", dijo el autor, que fue perseguido por su homosexualidad, que defendió a los argelinos y que fue "salvado" de la cadena perpetua por las presiones de amigos como Sartre, Cocteau, Picasso o Foucault.
"Este es un paso adelante" dice la rapera D'Noe, que interpreta su primer papel en esta función que estará en cartel hasta el 6 de febrero. "Es, salvando las distancias, algo parecido a lo que ha ocurrido en EE UU con Obama: poco a poco, hay más negros en otros cargos; ahora es posible que los directores se fijen más en actores que en colores", añade. Pero no todos son tan optimistas: "A ver qué pasa después de esto", dice Bore Buika, mallorquín de 30 años residente en el barrio de Salamanca y cuyo último papel fue de inmigrante senegalés en la serie Mi gemela es hija única. "Ni todos los negros somos inmigrantes ni todos vivimos en Lavapiés. Yo soy actor y punto". "Interpretamos a Genet o a Lope de Vega, somos artistas", apostilla la cubana Marylin Torres a voz en grito.
El proyecto que Miguel Narros intentó en los años setenta pero que tuvo que abandonar por falta de actores negros, se da la vuelta en la España de hoy. Ahora sobran actores, pero faltan papeles, a no ser que se trate de una obra hecha "para negros".
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