La 'angustia' de los alcaldes del PSOE

"Los alcaldes del PSOE son muy sensibles". La frase es de Francisco González Cabaña, el secretario provincial de los socialistas gaditanos. Para estas elecciones municipales tendrá que renovar a siete regidores locales, que han decidido no volver a presentarse. Cada caso es particular pero a la hora de explicar esta marcha conjunta el líder del PSOE de Cádiz exhibe una argumentación común. "Estar en la política municipal conlleva un desgaste muy importante. Es una continua transfusión de angustia porque los alcaldes socialistas no pueden desinhibirse de los problemas de los ciudadanos". Al adiós de estos alcaldes se suma también una profunda renovación de los candidatos que estaban en la oposición.

"Quiero dar paso a una renovación en Vejer", dice Antonio Jesús Verdú

El líder socialista gaditano niega que haya "una desbandada"

"Es el fin del régimen", asegura el presidente provincial del PP

Cabaña: "Hay que hacer un 'Callejeros' para ver lo que sufren los alcaldes"

Uno de los primeros en confirmarlo públicamente fue el alcalde de Vejer, Antonio Jesús Verdú. "Ha sido una decisión meditada. Quiero dar paso a una renovación". Verdú tiene 44 años. Al lado de otros alcaldes podría vérsele como un novato, pero es todo un veterano porque entró en el cargo con 27 años. Lleva 16 en el mismo sillón. Pero no habrá quinta vez. "He cumplido un ciclo. Lo he madurado mucho con mi familia. Quiero estar con mis hijos", argumenta. Ahora se volcará en su casa y en la que era su profesión. Tiene plaza de profesor en un instituto de Benalup.

"Que se marchen siete alcaldes de golpe no es una desbandada", defiende el secretario provincial del PSOE. "Han coincidido ahora pero algunos lo venían pidiendo desde hace tiempo", añade. En este contexto sitúa a los veteranos alcaldes de Paterna, José María Barrera, y El Bosque, Antonio Ramírez. Ambos han sufrido un cansancio personal y político. Ramírez llegó a estar imputado por delito ecológico. El fiscal llegó a pedir cinco años de cárcel para él. Al final resultó absuelto y ha terminado el mandato. Aunque no le han quedado más ganas de seguir. "Todo esto termina quemando", afirma un comprensivo Cabaña.

La lista se completa con los regidores de Tarifa, Miguel Manella; Prado del Rey, Fernando Pérez; Zahara de la Sierra, Josefa Calle; y Arcos, Josefa Caro. "Ha sido una decisión propia, no de la dirección provincial", explica la todavía alcaldesa de Arcos. Motivos ha habido muchos. Cansancio, salud, necesidad de renovación. "Las encuestas no me han afectado. Yo tenía un compromiso de ocho años con este reto, un compromiso de gobernar después de las mayorías absolutas del PP y me voy dejando a mi partido con mayoría absoluta", ha argumentado.

Ninguno de los ediles que se marcha ha reconocido que se va en uno de los peores momentos para el partido y cuando sus expectativas de victoria son menores que hace cuatro años. González Cabaña se ha apresurado a negar esa huida. Por eso se enfada si alguien le sugiere la palabra "desbandada". El secretario provincial dice que ha dejado marcharse a algunos candidatos, a los que otros años apretó más para que se quedaran. ¿Por qué ahora sí y entonces no? "Creo que es una buena oportunidad para que aflore gente nueva", responde. También habrá cambios en otros municipios donde el PSOE está en la oposición. En Puerto Real se medita la idoneidad de volver a presentar a Ana Mosquera como rival de José Antonio Barroso. En Bornos, en cambio, el principio de la renovación no ha servido y regresa el que fue alcalde socialista hasta 2002, Juan Sevillano. Ahora se puede presentar después de haber cumplido la inhabilitación durante seis años por prevaricación que le fue impuesta en 2002.

Uno se van y otros se quedan a pesar de las dificultades. Rafael Quirós, el alcalde de Barbate, repetirá por segunda vez. Han sido cuatro años muy difíciles. La angustia económica de este pueblo le ha llevado hasta el extremo de dedicar gran parte de cada jornada a buscar cómo pagar la nómina de sus trabajadores municipales. González Cabaña solo tiene palabras de elogio. "Rafael es un monstruo. Una persona que podía estar tranquilo en su negocio, que no vive de la política, y que asume la responsabilidad de ayudar a los suyos".

Con los cambios, el PP se frota las manos. "Es el fin del régimen socialista", sentencia el presidente de los populares gaditanos, José Loaiza. "Estos alcaldes se van por miedo. Por miedo a perder, a estar en la oposición y a tener que gobernar con tres administraciones por encima que estarán dirigidas por el PP", se regodea Loaiza. Pero González Cabaña responde con sorna. "Llevan pronosticando nuestra derrota en todas las elecciones. Y siempre se han equivocado". No cree que los nuevos nombres tengan por qué afectar el legado dejado por los alcaldes que ahora se marchan. Los nuevos heredarán esa angustia. "A los alcaldes deberían hacerles un seguimiento de 24 horas, como en Callejeros, para ver lo que sufren", ha sugerido. Y eso seguirá. Porque el líder de los socialistas gaditanos está seguro de la sensibilidad de sus nuevos candidatos.