_
_
_
_
Entrevista:SERGIO SÁNCHEZ | Defensa del Sevilla

"He llorado mucho muchos días"

Rafael Pineda

Lo primero que llama la atención de Sergio Sánchez (Mataró, Barcelona; 24 años) es que está flaco como un corredor de fondo y presenta una sonrisa que le ilumina la cara de forma constante. "Llegué a poner 12 kilos. Se me fueron a la barriga, pero ahora estoy como un pincel", afirma mientras no para de recibir saludos al caminar por el sevillano barrio de Nervión. El martes, ante el Villarreal, volvió, tras un año y 30 días, a jugar un partido oficial después de que una delicada enfermedad de corazón le obligara a abandonar la práctica del fútbol. "Esto va por Jarque y Puerta", dice.

Pregunta. Hay que ser muy valiente para jugarse la vida en una operación a corazón abierto con el fin de seguir jugando al fútbol.

"No temí por mi vida, pero me dio respeto firmar un papel al operarme del corazón"
Más información
Sergio Sánchez, obligado a parar

Respuesta. La esencia de la vida es ser feliz y mi felicidad reside en el fútbol. Cuando me dieron la posibilidad de volver a jugar, aunque no era segura, quise agotarla. Siempre he sido una persona que lucha por lo que quiere y no podía dejar pasar esa oportunidad.

P. Cuando le comunicaron que tenía que dejar el fútbol, el Sevilla le aseguró un trabajo. Sin embargo, se arriesgó. ¿Merecía la pena asumirlo en ese momento?

R. Me operé por amor al fútbol. El Sevilla me aseguraba mi futuro en lo económico, me dejaba bien situado, pero sentía muy fuerte ese amor al fútbol y añoraba a la persona en la que me convierto cuando juego.

P. ¿Cuándo le dijeron que existía una posibilidad de subsanar su problema cardiaco?

R. A los dos meses de que me detectaran la enfermedad. Hice un viaje a Bali con mi pareja y, estando allí, me telefoneó Juan [Ribas, jefe de los servicios médicos del Sevilla] y me informó de esa posibilidad. El cielo negro que se cernía sobre mi cabeza se transformó en gris y con el paso del tiempo apareció un puntito blanco. Lo fuimos siguiendo hasta que el cielo se volvió blanco por completo.

P. ¿En quién pensó antes de entrar en el quirófano?

R. En ese momento solo pensé en mí, en lo que estaba dispuesto a hacer por lo que yo realmente quiero. Fui muy egoísta en ese sentido. Cuando entré a la operación, solo pensé en mí.

P. ¿Y cuándo salió?

R. Pensé en Dani [Jarque] y Antonio [Puerta] porque ellos no tuvieron la gran suerte que yo he tenido. Ojalá la hubieran tenido porque, como personas y futbolistas, se la merecían incluso más que yo.

P. ¿Pasó miedo durante el partido contra el Villarreal?

R. No, para nada. Soy una persona que se guía mucho por las sensaciones. Tenía el beneplácito de cuatro cardiólogos y cuatro cirujanos expertos en el tema cardiovascular conocedores de la operación que se me hizo. Además, estaba tranquilo porque mis sensaciones fueron muy positivas desde el momento en que empecé a entrenarme. Nunca me noté nada raro ni ningún desliz físico que se pudiera asociar al corazón. Al revés, estoy mejor que antes de operarme.

P. ¿Cómo ha afrontado este año alejado de la práctica del fútbol?

R. He llorado mucho muchos días. Para un futbolista joven como yo, que acababa de llegar a un club grande, asumir que ya no puede jugar al fútbol es muy difícil. Jamás lo acepté. Ni en los peores momentos. Sí sentí mucha impotencia, sobre todo al principio, y sí, lo reconozco, las lágrimas afloraron con mucha facilidad.

P. ¿Qué le debe al doctor Sievers, el cirujano que le operó?

R. Le doy las gracias por haberme dado la posibilidad de volver a jugar al fútbol. Lo ha hecho todo muy sencillo. Ha transmitido una gran tranquilidad a mi familia y, además de unas manos prodigiosas, tiene un carácter que te infunde mucha confianza.

P. ¿Qué le dijo su familia cuando le comunicó que se iba a operar a corazón abierto para intentar volver a jugar al fútbol?

R. Me dijeron que no me operara, que no merecía la pena, que gracias al Sevilla iba a quedar bien situado en la vida... Ellos pensaban en el hijo, no en el profesional del fútbol. De todas formas, cuando yo decidí operarme, se sumaron al carro. Su apoyo ha sido completo e incondicional.

P. ¿Temió en algún momento por su vida?

R. No, pero sí fui consciente de lo que me jugaba. Antes de la operación firmé un papel reconociendo los riesgos de mortalidad que había en la intervención. Eran bajos, pero los había. Muchas mayores eran las posibilidades de no volver a jugar al fútbol, aunque en todo momento se me aseguró que iba a estar apto para llevar una vida normal. Cuando firmé ese papel, sí sentí cierto respeto.

P. ¿Dudó en firmarlo?

R. No, en ningún momento.

P. ¿Y luego?

R. El Sevilla recibió los informes médicos que avalaban que podía volver a jugar al fútbol y rápidamente me presentó el papel de actitud médica completa. Al firmar ese papel, me quité un gran peso de encima. Sentí una alegría inmensa. Ese día lo celebré con el presidente, con Monchi y con toda la familia.

P. Uno de los momentos más duros del año fue cuando vio desplomarse a Miguel García en el Salamanca-Betis.

R. Fue muy duro para mí. No es que me entraran dudas, pero... Es que reviví la pérdida de Jarque y fue muy duro. A Dani le tenía una enorme admiración por cómo ha sido como persona y como futbolista. Gracias al Sevilla, gracias a Puerta, se pudo evitar una desgracia con Miguel.

P. ¿A quién le dedica esta maravilla de volver a ser futbolista?

R. Mi recuperación se la dedico a mis padres. A mi hermana, a mis suegros, a mis cuñados, a mi novia, a mis amigos, las personas que han estado cerca de mí y que han sufrido todo esto igual o más que yo. Ellos solo han podido esperar y esa impaciencia se lleva muy mal.

P. ¿Y el Sevilla?

R. Su comportamiento ha sido impresionante. No solo pagó una operación muy costosa, sino que puso un psicólogo 24 horas con mi familia para que se pudiese desahogar. Pagó el hotel de Hamburgo y me ayudó siempre. Por eso mis padres quisieron tener un detalle con el presidente por el trato que han tenido tanto conmigo como con ellos.

P. ¿De qué se trata?

R. Le dieron una pequeña estatua con un pergamino en el que se reconoce la gran labor que hicieron por mí.

P. ¿Es usted otra persona?

R. Hombre, cuando te enfrentas a algo así, piensas mucho. Sobre todo, entiendes que la vida te puede dar un vuelco en cualquier momento y aprendes a dar importancia a las cosas que sí la tienen, como un padre o una madre, o a esos ratos que son impagables y que la muerte, por ley de vida, te arrebata. Me di cuenta de que lo que realmente importa es la gente que te hace sentir bien.

P. Le dieron la noticia de su enfermedad un 30 de diciembre y el 31 lo pasó con su familia sin decirle nada.

R. Recuerdo que pensaba que aquellos brindis no iban a servir para nada. Incluso alguno era por la posibilidad de que pudiera ir a la selección española. Y ellos no sabían nada de lo mío. Pensé en ellos. Se merecían ser felices en esas fiestas. Por todo ello, este fin de año lo hemos celebrado un par de veces.

P. Pues... enhorabuena.

R. Pues... gracias.

Sergio Sánchez toma un café, ayer en Sevilla.
Sergio Sánchez toma un café, ayer en Sevilla.ALEJANDRO RUESGA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_