La A-7 se reanuda con derribos
Los muros que tapaban desde el pasado mes de septiembre los túneles de la A-7, en el tramo Puntalón-Carchuna, en la provincia de Granada, fueron ayer derribados por trabajadores de la empresa concesionaria, Acciona. Las obras llevaban meses paralizadas por desencuentros entre Fomento y la adjudicataria. En la mañana de ayer se reactivaron los trabajos y tras sucesivos retrasos, de momento, se mantienen los últimos plazos fijados: la autovía debe estar terminada en 2012.
No estaban todos los trabajadores, puesto que la incorporación será paulatina y el traslado completo de maquinaria y material aún tardará unos días. Pero la esperanza volvió a la costa tropical y también las provincias colindantes de Málaga y Almería cuyos conductores padecen especialmente los atascos por esa travesía. Granada cuenta con el dudoso honor de ser la única provincia en la que no está terminada la autovía del Mediterráneo.
La secretaria general del PSOE de Granada, Teresa Jiménez, valoró la reanudación de la actividad y el hecho de que, una vez finalizado el tramo Lobres-Guadalfeo, los cinco restantes a su paso por la provincia granadina estén en ejecución y "al ritmo adecuado".
Los presupuestos para 2011 "garantizan", subrayó, la nueva licitación del Gorgoracha-Puntalón, que permitirá enlazar el puerto motrileño con la A-7. El delegado del Gobierno en Andalucía, Luis García Garrido, también destacó el acuerdo que permite recuperar "un mayor nivel de ritmo" en las obras.
Pero ayer no todo fueron aplausos. El alcalde de Motril, Carlos Rojas (PP), consideró la reactivación de las obras una "reacción del Gobierno" a la movilización que la Plataforma por las Infraestructuras de la Costa, que él preside, tenía previsto realizar el próximo 5 de marzo.
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