"Por cada 10 euros, me debes 800"

Pantalones con los forros de los bolsillos hasta la rodilla. Chaquetas, jerséis y cazadoras con agujeros en las axilas. Bolsos con separadores interiores preparados para esquivar los sistemas de alarma. Esas eran las herramientas de trabajo que proporcionaba una banda de rumanos, de los que dos ya han ingresado en prisión, a sus esclavos. Servían para esconder decenas de productos robados cada día en supermercados.

Los capos de la banda engañaban a compatriotas. Les prometían trabajos con buenos sueldos. Les dibujaban Gandia, donde estaban afincados, como un paraíso. Y varios, al menos una decena, creyeron en ellos. Pero una vez aquí, el escenario pasaba a ser de auténtico infierno. De entrada, la deuda por los billetes que compraban para venir, que no alcanzaba los 600 euros, se multiplicaba notablemente. Por cada 10 euros que debían, tenían que pagar 800. ¿Cómo sacarlos? Esmerándose en robar para después vender los artículos en los mercadillos.

¿Tenían otra posibilidad? No. Los jefes de la organización les tenían encerrados, en condiciones lamentables, y sin documentación. Cada mañana, temprano, en tres coches, los trasladaban desde Gandia a distintos municipios de la provincia. El objetivo que tenían que cumplir era hacerse con el máximo de productos en supermercados y centros comerciales. Los turnos se acababan a las cuatro de la tarde. Los recogían y los encerraban. En un bajo de Gandía estaba el arsenal: 10 teléfonos móviles, 51 cajas de cuchillas de afeitar, 45 botes de crema de pelo, 28 cajas de pasta de dientes, 60 botes de limpiador de vitrocerámica, 166 ambientadores, 11 cajas de bombones, 31 botellas de licores, 78 maquillajes... La denominada como Operación Forro se inició el pasado día 22. La pasada semana fueron interceptados cuatro miembros de la organización en Paterna. En los días sucesivos se detuvo al resto, 12 en total.