Los sindicatos, en guerra contra los recortes autonómicos más duros de toda España
Ramón Luis Valcárcel es el presidente autonómico más votado de España. En sus 16 años de mandato, ha logrado sacar adelante casi todas las medidas económicas pactando con los sindicatos, y anulando así a la oposición socialista, cada vez más debilitada. Lo logró sobre todo porque las arcas autonómicas estaban llenas gracias al boom inmobiliario. Los socialistas acusan al PP de haber derrochado ese dinero en la época de vacas gordas. Pero la burbuja se pinchó, y Murcia y Castilla-La Mancha se han convertido en las dos únicas comunidades a las que Elena Salgado ha amenazado con no permitirles endeudarse más porque no cumplen con el objetivo de la reducción del déficit.
Eso fue en noviembre, cuando Valcárcel aún pensaba en salir adelante sin recortes drásticos. El presidente se niega a subir impuestos y sólo encuentra una vía: recortar sueldos en Sanidad y Educación. Así que el 22 de diciembre la consejera de Economía y Hacienda, Inmaculada García, anuncia un nuevo tajo de 300 millones de euros.
Son recortes más fuertes que en ninguna otra comunidad. Tan drásticos son que el propio José Luis Rodríguez Zapatero los aplaudió. El mundo al revés. En España Zapatero recorta y Rajoy critica, en Murcia Valcárcel mete la tijera y el PSOE lo rechaza.
Se rebajan un 10% los complementos de las guardias y turnos del personal del Servicio Murciano de Salud. Los profesores dejan de cobrar 75 euros al mes de un complemento que tienen de 175 (al principio pensaron quitárselo todo). La jornada laboral pasa de 35 a 37,5 horas. Se congela la oferta de empleo público. Se suspenden diversos acuerdos con los sindicatos y se reduce en un 30% el número de liberados.
Esa misma tarde, las centrales sindicales convocan a miles de personas en la Gran Vía de Murcia en protesta por los recortes. Durante la manifestación, agentes de policía local y nacional tienen que escoltar a tres altos cargos del PP que esperaban para entrar en un acto público que tiene que ser suspendido. Otro grupo de manifestantes lanza huevos a la puerta y fachada del domicilio del presidente Valcárcel, en pleno centro de la ciudad. Alguno de los huevos impacta en la hija del presidente regional, que en esos momentos accedía al domicilio.
El PP sostiene que la candidata socialista, Begoña García, estaba en esa manifestación y la culpa por la agresión a la hija del presidente. Los socialistas aseguran que García nunca ha acudido a una marcha contra los recortes, y que estaba en la zona para participar con los dirigentes del PP en el acto que se suspendió y sólo saludó a los líderes sindicales.
Al día siguiente, continúan las protestas de los sindicatos a las puertas de la Asamblea Regional. Se producen varias cargas policiales, donde algunos manifestantes resultan heridos y, según el PP, durante estas protestas también resulta agredido Francisco Jódar, alcalde de la ciudad de Lorca. Algunos diputados regionales tienen que entrar escoltados en la Cámara para evitar incidentes.
Desde entonces ha habido otras cuatro manifestaciones en Murcia y Cartagena. La mayor congregó a 40.000 personas, según los sindicatos. La tónica general de las movilizaciones es pacífica y no pasa de los gritos y las consignas contra el presidente Valcárcel, aunque algunos vuelven a tirar huevos en su domicilio. Algunos sindicalistas siguen a los consejeros a sus actos públicos para protestar por los recortes. Es algo que nunca había sucedido en Murcia. Pero tampoco Valcárcel había hecho nunca unos recortes de este tipo.
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