Tranquilos con el dinero
Jamie Dimon se enfrenta a un problema de lujo. El jefe de JPMorgan, que presenta resultados el viernes, cree que el banco generará un exceso de capital de hasta 50.000 millones de dólares en los tres próximos años. La pregunta es qué debería hacer con semejante dinero caído del cielo.
Ya espera restablecer el dividendo, suprimido durante la crisis financiera, y puede que incluso vuelva a comprar acciones, si los reguladores lo permiten. Pero el veterano negociador debe estar muy tentado de salir a gastarse el dinero. Los analistas están hablando sin rodeos de los beneficios de las compras nacionales y extranjeras. Pero es más razonable no abrir fuego.
El objetivo nacional más evidente es SunTrust, con sede en Atlanta. Las sucursales de la entidad crediticia de Florida, Georgia y Carolina del Sur llenarían el último hueco de la banca minorista que le queda a JPMorgan. Y podría agruparlas y así permanecer por debajo del límite, prohibiendo que los bancos compren una parte de los depósitos superior al 10%.
El acuerdo no será fácil. JPMorgan probablemente tendrá que rebajar el valor de gran parte de la cartera de préstamos de SunTrust, lo que alegará para pedir una rebaja en su actual capitalización, de 14.000 millones de dólares.
Pero las cuentas de SunTrust están mejorando -después de una racha de pérdidas, presenta beneficios en el tercer trimestre- y por eso el consejo de administración debería mostrarse reacio a vender barato sin que los reguladores le obliguen. Y SunTrust mantiene 4.900 millones de dólares de capital público del Programa de Ayuda para Activos Problemáticos que JPMorgan tendría que asumir.
Es más, puede que no sea la mejor manera de emplear el capital. La banca minorista estadounidense no es precisamente un negocio de rápido crecimiento. Quizá sea mejor examinar las oportunidades de inversión en el extranjero. Dimon está fortaleciendo las actividades internacionales de la empresa y ascendió el año pasado a su lugarteniente de confianza, Heidi Miller, para que supervisarlas.
No es necesario abalanzarse inmediatamente sobre los competidores. Los problemas de la deuda europea probablemente ya han aumentado el atractivo de vender el negocio al sólido balance general de JPMorgan. Cuanto más dure la crisis del continente, más posibilidades habrá de que se deshaga de buenos activos bancarios a precio de ganga, y no solo en Europa. Los bancos españoles, por ejemplo, tienen algunos activos jugosos en México y Latinoamérica. Puede que la paciencia sea la mejor opción de Dimon.
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