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Reportaje:BREAKINGVIEWS

No hacer caso al halcón interno

El BCE confía en situar la inflación por debajo del 2% y mantiene los tipos

Jean-Claude Trichet tiene claras las prioridades. No debería obsesionarse con la inflación en el preciso momento en el que trata de evitar una catástrofe de la deuda y de mantener unida a la eurozona. En cualquier caso, puede asumir ambas tareas si fuera necesario.

El Banco Central Europeo (BCE) no modificó sus tipos de cambio clave el 13 de enero, una señal de la confianza en su capacidad para volver a situar la inflación por debajo del objetivo del 2% a finales de este año. Las últimas cifras muestran que la inflación aumentó hasta el 2,2% en los 12 últimos meses.

No se puede culpar a Trichet por mantener una línea demasiado dura. Tiene razón al creer que el actual repunte de la inflación no es un motivo para que cunda el pánico en el BCE y aumentar los tipos, pese a la inflación importada debida a unos precios del petróleo más elevados. La recuperación sigue siendo frágil en casi toda la zona euro.

Trichet es un poco menos convincente cuando trata de trazar una línea entre el cometido principal del BCE de mantener la inflación bajo control y su labor de cuidar de la crisis del euro mediante lo que él llama medidas "poco convencionales".

El presidente del BCE considera que dichas medidas son una forma de ayudar a los mercados disfuncionales a volver a la normalidad, es decir, una política provisional que finalizará cuando la crisis de la deuda amaine. A lo largo de los últimos meses, el BCE ha creado un tipo fijo y unas facilidades ilimitadas para los bancos de la eurozona. También ha comprado bonos garantizados por valor de 60.000 millones de euros y se ha embarcado a regañadientes en un programa de compra de bonos soberanos que se ha tragado 74.000 millones de euros.

Los tipos de interés bajos también ayudan a los bancos de la eurozona a aguantar la crisis. Sin embargo, el presidente del BCE afirma que existe una "desconexión" entre las dos políticas. En otras palabras, cree que podría mantener las medidas bancarias "poco convencionales" y aumentar los tipos, o retirar el apoyo del BCE y aumentar los tipos, lo que sería un doble varapalo inconcebible que perjudicaría gravemente a los mercados si ocurriera de la noche a la mañana. Pero esto es puramente teórico. Además, si la inflación se convierte en una grave preocupación en los próximos meses, probablemente significará que la economía está creciendo más rápido de lo previsto, y si eso ocurre, los bancos no necesitarán tanto apoyo.

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