"Aprendí a navegar por el desierto sin conocerlo"
Tres veces (2005, 2007 y 2010) ganador del Rally Dakar en las últimas cinco ediciones (en 2008 no se disputó por las amenazas terroristas), el motociclista francés Cyril Despres (Nemours, 1974) sigue ahí, peleándose con Marc Coma, quien le batió en las dos restantes (2006 y 2009). Son como el perro y el gato. Despres acusó el año pasado de tramposo a Coma. Miembros ambos de KTM, se niegan a hablar el uno del otro.
Pregunta. ¿Cómo fue su infancia?
Respuesta. Vivía en un pueblo, al lado de Nemours, donde no había muchos niños. Iba de vacaciones a España, a uno cerca de Valencia. Mi hermano, tres años mayor, y yo empezamos a competir en trial cuando yo tenía 14.
P. ¿Cuántos años hace que vive en Andorra?
R. Diez. Llegué en 2000 para trabajar de mecánico. Casi no había comenzarlo a hacerlo cuando me contrató BMW, que buscaba un mochilero para Nani Roma.
P. Y habla catalán.
R. ¡Qué menos que hablar la lengua del lugar donde resides!
P. ¿Imaginaba que, con el cambio de reglamento y la reducción a 450cc, su KTM seguiría siendo la más competitiva?
R. Sí. Nuestros mecánicos son los que más experiencia tienen.
P. ¿No hay marcas a la altura de KTM o mejores pilotos que Coma y usted?
R. Es más cuestión de falta de experiencia. Algunos son rápidos, pero les falta tiempo para pasar a un nivel superior.
P. Dijo que en el Dakar hay chuparruedas. ¿Se refería a alguien en concreto?
R. No soy nadie para hablar de los otros ni digo que sea el mejor. Yo también cometo errores de navegación, pero sí he terminado muchas etapas el primero. Siempre hay chuparruedas. En ciclismo es normal, pero en el motociclismo no debería serlo. Respecto a la navegación, los hay muy buenos, pero sin un punto de velocidad: Ullevalseter, Street...
P. ¿Qué ocurrió en Copiapó, donde el grupo de delante se perdió? ¿Quién se fio de quién?
R. Yo tenía el cuentakilómetros estropeado y seguí la trazada de Helder. El resto [Coma, entre ellos] me siguió. No tienes que seguir siempre a un piloto. Puedes elegir la dirección. Unas veces será la buena y otras no.
P. ¿Cómo de difícil le está resultando el rally este año en comparación con los dos anteriores, también en Argentina y Chile?
R. No soy dado a comparaciones. Vivo el momento. Hemos tenido etapas muy lindas. No sé si es porque las motos han perdido velocidad punta, pero no vamos tan rápido como antes y yo tampoco me siento tan cansado. Fácil no es, pero tampoco duro.
P. El año pasado tuvo que andar 45 minutos sin gafas a causa de la niebla en Copiapó.
R. Nosotros no tenemos los limpiaparabrisas de los coches. Así que hay que guardarse un papelito en el casco para limpiarse las gafas, que se empañan en ocasiones así. La niebla es un problema porque, además, se junta con el polvo que levantan los pilotos y la arena del helicóptero. Terminas por no ver nada.
P. ¿Cuánto cuesta mantener el físico? Ya no tiene 20 años. ¿Nota mucho la diferencia?
R. Es un trabajo de todo el año. No cuesta especialmente, salvo si estás lesionado. En el momento en que sea un esfuerzo ir al gimnasio o a la piscina es que ya no tendré ganas de competir.
P. ¿Qué ha aprendido ahora?
R. El otro día estábamos en un río y me asusté al ver a Viladoms en tierra. Levanté la mano para saber si estaba bien y... me caí yo. ¡Con mi experiencia! No se pueden levantar las manos del manillar sobre las piedras de un río.
P. ¿Qué le enseñaron personajes como su amigo Peterhansel?
R. Mucho. Pero no preguntando. Tienes que aprender a escuchar y aprender de la experiencia de los demás. Sin haber ido nunca al desierto, aprendí navegación con un cliente del taller en el que trabajaba en París. Intentando comprender cómo se hace.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.