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Uno de los saharauis que piden asilo presenta pruebas de la represión

El inmigrante viajó en patera a Fuerteventura con fotografías del violento desalojo del campamento de El Aaiún por la policía marroquí

Mónica Ceberio Belaza

Antes de embarcarse en una lancha neumática rumbo a Canarias desde la costa de El Aaiún, uno de los miembros de la expedición que llegó el pasado día 5 a una playa de Fuerteventura se ocupó de verificar que llevaba consigo una tarjeta de memoria en la que había dejado constancia gráfica del violento desmantelamiento por parte de las autoridades marroquíes del campamento de Agdaym Izik, el pasado 8 de noviembre. Hay fotos de tiendas en llamas y de la policía desalojando por la fuerza a los congregados, según fuentes conocedoras del caso. Es una de las pruebas que ha podido aportar a su solicitud de asilo de que efectivamente estuvo allí. Trata también de probar que fue agredido: en una de ellas aparece con un ojo morado y contusiones, según las mismas fuentes.

Los 'sin papeles' confían en quedar en libertad antes del domingo

Los 22 solicitantes de asilo que llegaron en esa patera fueron entrevistados el lunes por la tarde y el martes por funcionarios de policía que les hicieron un cuestionario especialmente preparado para ellos con preguntas concretas sobre Agdaym Izik, sus actividades en el campamento y la represión posterior hacia ellos y sus familiares. En las entrevistas, que fueron posteriormente remitidas a la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) de Madrid, dependiente del Ministerio del Interior, estaba presente uno de los abogados de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) desplazados desde Las Palmas.

Parece que los inmigrantes llegados en patera son efectivamente saharauis, según confirman fuentes conocedoras de los expedientes, y lo que debe determinar ahora la OAR es hasta qué punto corren riesgo su vida o integridad física si regresan a su lugar de origen; hasta qué punto son activistas perseguidos. La mayoría son jóvenes, en torno a los 20 años, y por lo tanto carecen de largos historiales como defensores del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Pero algunos, como el que entregó la tarjeta de memoria con las fotos, han aportado detalles precisos y fechas de detenciones policiales, de su participación en manifestaciones y relatos muy concretos de sus días en el campamento y del desalojo, mientras que otros han dado información más genérica.

Las primeras 10 solicitudes se enviaron el lunes por la noche a Madrid. Las 12 restantes, el martes. A partir de su recepción, la OAR tiene un plazo de cuatro días para decidir si las admite o no a trámite. Si se aceptan, esto supondría la regularización temporal de los solicitantes de asilo, que saldrían del Centro de Internamiento de Extranjeros de El Matorral antes del próximo domingo y se les entregaría una tarjeta de residencia y trabajo. A partir de ese momento empieza a correr el plazo de seis meses que concede la ley -salvo que el asilo se tramite por un procedimiento de urgencia que lo limita a tres meses- para que el Gobierno se pronuncie de forma definitiva sobre si concede o no a estas personas la condición de refugiadas. El plazo de seis meses no suele cumplirse nunca, según señala el portavoz de CEAR Mauricio Valiente, que asegura que habitualmente el tiempo de espera media hasta tener una resolución definitiva sobre el asilo está entre un año y un año y medio.

El Ministerio del Interior no ofrece datos específicos sobre los saharauis y el asilo, sino que los incluye como marroquíes. Entre 2006 y 2009 pidieron asilo 738 personas bajo esa denominación. Unas 300 fueron admitidas a trámite. De ellas, al final se concedió protección definitiva solo a 26 personas: a 10 como refugiados y a 16 bajo la figura de la protección subsidiaria que se otorga a aquellos que no reunen todos los requisitos pero cuya vida o libertad corren un riesgo real si retornan.

Ocho miembros del grupo de saharauis que llegó el pasado día 5 en patera a Fuerteventura.
Ocho miembros del grupo de saharauis que llegó el pasado día 5 en patera a Fuerteventura.ANTONIO CABRERA

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.
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