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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Leo soluciona cualquier problema"

Azulgranas y béticos se rinden a la clase de Messi, que logró su tercer 'hat trick' del curso

Jordi Quixano

Todo estaba preparado antes del partido para agasajar a los tres mejores jugadores del mundo, que ofrecieron el Balón de Oro que coronó a Messi, a la ideología y el fútbol base azulgrana. Tres muñecos hinchables, con los atuendos de Leo, Iniesta y Xavi saludaron desde la banda a la plantilla, que pisó el campo junto a todo el cuerpo técnico. Al tiempo, desde la megafonía hablaban sucesivamente las madres de los tres jugadores. Apenas se les pudo escuchar, con el público entregado a la causa. "Hemos querido hacer sentir al mundo entero que estamos orgullosos de los tres", recalcó Pep Guardiola. Y cuando una maraña de globos emprendió el vuelo desde el césped del Camp Nou para dejar paso a una simulación del cetro de oro, cuando los familiares de los tres futbolistas aplaudían desde el palco, el estadio entero gritó "¡Barça!" para aclarar que el laurel era de todos. Pero Messi se llevó una vez más el premio gordo.

La noche se intuía redonda porque se jugaba contra el Betis, aunque fuera el líder de Segunda. Pero Casto y el equipo verdiblanco se revelaron. Hasta que Messi puso los puntos sobre las íes con su tercer hat trick del curso, tras los firmados ante el Sevilla en la Supercopa y el Almería en la Liga. "Si Leo hubiera llevado nuestra camiseta, seguramente no hubiéramos perdido por 5 a 0", convino Pepe Mel, técnico del Betis; "Messi soluciona cualquier problema".

Recogió el testigo Guardiola: "Estoy de acuerdo, todos lo queremos en nuestro equipo. Hay que felicitarlo porque ha vuelto a hacer un gran partido". "El porcentaje de Leo no es normal", remató el entrenador del Barcelona. Entre otras cosas, porque suma 31 goles en 27 partidos. "Es el mejor, no hay más que hablar", dijo Xavi. "Leo es único", amplió Alves. "Está claro que Messi está por encima de todos. No hay punto de comparación", abundó Pedro. Con él sobre el césped, no hay récord que se resista.

Guardiola fue rotundo hace un mes. "Es muy difícil que rompamos más récords", señaló. Se equivocó. El Barça sumó su partido número 27 sin conocer la derrota, marca histórica que databa de la temporada 1973-74, cuando el conjunto dirigido por Rinus Michels y ejecutado por Johan Cruyff conquistó la Liga tras 13 años de sequía y le endosó al Madrid el memorable 0-5 en el Bernabéu. La racha contabiliza 16 encuentros de Liga, seis de Champions y cinco de Copa, traducidos en cinco empates y 22 triunfos.

"Esto no es una casualidad", matizó Guardiola; "aunque no jugamos para romper récords, sino para jugar bien y ganar". Resulta que Messi no se detiene. "Es impresionante, no para", señaló rotundo Keita. "Messi, Messi", azuzaba entretanto la afición, a la vez que los tres galardonados del Balón de Oro se reunían para celebrarlo y los muñecos hinchables aparecían de nuevo. "Uy, ya veis el mal rollo que llevamos entre nosotros...", bromeó Xavi. Como hicieron después, cuando Leo volvió a ver puerta. "Lo que dignifica a este equipo es lo que han corrido hoy tras recibir el Balón de Oro", cerró Guardiola.

Messi, al final, tras la ovación del público, se marchó rápido por el túnel de vestuarios. Con el balón en mano y por delante de Guardiola, que le dio varias palmaditas en la espalda.

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