La metamorfosis de Matarromera
El grupo castellano crea filiales en China y EE UU, lanza un vino sin alcohol y entra en alta cosmética y en enoturismo
Matarromera, pese a contar con siete bodegas a lo largo del Duero y ser hoy el segundo mayor propietario de viñedos de Castilla y León, sigue viendo el vaso de su acelerada y diversificada expansión medio lleno. La comercialización de sus caldos en 50 países y la reciente creación de dos filiales en Shanghái (Matarromera China Ltd.) y en Nueva York (Matarromera USA Inc.) no colman sus ambiciones. Tampoco las satisface su ya amplia diversificación hacia negocios como la creación del primer vino con cero grados de alcohol y cero calorías (denominado Eminazero y galardonado con el Premio Innoval 2010) o la obtención de polifenoles de los hollejos de la uva y su aplicación a una línea de cosmética (Esdor) o su apuesta por el enoturismo.
La compañía castellana, surgida de la unión de pequeñas bodegas centenarias de la familia propietaria de Matarromera en los años ochenta y de la incorporación vía adquisiciones de otras bodegas y campos de viñedos en años posteriores, ha puesto en marcha un ambicioso plan estratégico con el que pretende más que triplicar en 2015 sus casi 15 millones de euros de facturación del pasado ejercicio.
El plan gira en torno a la internacionalización del grupo (quiere incrementar hasta 80 el número de países en que distribuye sus productos y facturar seis millones de euros en China y siete en EE UU) y en torno a la diversificación de negocios estratégicos y a la apertura a nuevos consumidores a partir de la I+D de la uva.
Matarromera, según su presidente y principal artífice de la conversión de las explotaciones familiares en un grupo empresarial potente, Carlos Moro, es la única bodega del mundo que dedica el 30% de su facturación anual al I+D+i; la primera empresa española que ha calculado la huella de carbono certificada por Aenor de uno de sus productos, Emina Verdejo; la primera empresa del mundo que ha obtenido y comercializado el primer vino 0,0% de alcohol, y la primera bodega que ha convertido su sede central en el primer centro integral vitivinícola de ecoeficiencia (tres plantas solares fotovoltaica, solar térmica, biomasa, EDAR propio).
Previamente a esta etapa, explica Moro, el grupo se preparó de forma rigurosa para situarse en condiciones de alta competitividad para poder crecer mejorando la calidad de sus caldos e incorporando bodegas y vinos diferentes sin endeudarse, invirtiendo los recursos generados por el propio negocio. Estrategia que ha hecho de Matarromera el único grupo bodeguero presente en las cuatro denominaciones de origen del río Duero: Ribera del Duero, Rueda, Cigales y Toro. En sus siete bodegas produce todo tipo de tintos (jóvenes, crianzas, reservas y grandes reservas), blancos y vinos fortificados o de licor, similares al Oporto. Dispone también de la única destilería del Duero y comercializa también aceite.
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