El triste final de Luis 'El francés'
Un vecino de Santurtzi de 50 años fallece en un incendio provocado en su casa por un cigarrillo mal apagado - Todo el bloque tuvo que ser desalojado
Luis M. L., de 50 años, más conocido como Luis El francés, era un vecino querido en Santurtzi. Vivía solo en un piso de la calle Doctor Fleming. Su madre, con la que convivía, murió hace apenas dos años y llevaba tiempo separado de su mujer. Con ella tuvo un hijo, hoy veinteañero, según contaban ayer los residentes en su bloque. Era un rotulista y pintor "con talento" según su entorno y suyos eran los letreros y carteles de varias tiendas del barrio. Uno de ellos, impreso en una furgoneta de una empresa de albañilería que permanecía ayer aparcada frente a su portal, lucía ajeno a la tragedia que se había producido en el interior del inmueble unas horas antes.
Un cigarrillo mal apagado parece ser, según las primeras hipótesis de la investigación, la causa del incendio que acabó con la vida de Luis, apodado El francés, porque vivió durante muchos años en el país galo con sus padres, que acudieron allí en busca de trabajo. Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 6.40 de la mañana en la habitación de Luis. Según fuentes cercanas al caso, las llamas despertaron a la víctima cuando ya se encontraba muy afectado por el humo y solo pudo llegar al pasillo, donde fue hallado por los bomberos.
El fallecido era un rotulista muy conocido en la localidad vizcaína
Según relataron algunos vecinos, Luis había llegado de madrugada con síntomas de embriaguez y tuvo que ser ayudado por otro residente en el inmueble a subir a su piso, ubicado en la tercera planta. Según las mismas fuentes, el fallecido se hallaba en un proceso de "declive" personal.
A consecuencia del fuego, todos los vecinos del inmueble, cerca de medio centenar, tuvieron que ser desalojados, aunque ninguno de ellos resultó herido ni tuvo que ser trasladado a ningún centro hospitalario. "Cuando abrimos la puerta había una humareda muy densa y yo tengo problemas con los bronquios. Todavía me duele la cabeza. Ha sido un susto tremendo", resumía Consuelo, que había bajado a comprar el pan aún con la bata puesta y en zapatillas de casa. Charlaba con Felipe, propietario de una tienda de golosinas muy próxima al piso de Luis. Aún conmocionado por lo ocurrido, señalaba un rótulo hecho por Luis adornado con la imagen de Mickey Mouse. En el edificio había varios niños. "En plena noche de Reyes, ¡vaya susto para los pobres! Menos mal que todos están bien", exclamaba con alivio una de las vecinas del bloque.
Aunque inicialmente el Ayuntamiento de la localidad barajó la posibilidad de realojar a los vecinos, alrededor de las 8.00 de la mañana, todos ellos pudieron volver a sus viviendas, cuyo estado no presentaba peligro. El piso situado bajo el foco del incendio se vio afectado, como consecuencia del agua utilizada para sofocar el incendio. También padeció daños el superior. Una de sus ventanas se rompió y el hollín se metió en grandes cantidades en el interior del piso. El alcalde del municipio, Ricardo Ituarte, acompañó a los vecinos que pudieron volver a sus casas.
La inspección llevada a cabo por el arquitecto municipal, así como por los bomberos que intervinieron, constató que el inmueble no corría riesgos, aunque sí fue apuntalada la habitación donde se propagó el fuego, como medida preventiva.
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