Sueño y mareos en los Andes
Los pilotos acusan el mal de altura al cruzar a Chile y alcanzar los 4.800 metros
La caravana del Dakar abandonó ayer Argentina por unos días en busca del desierto chileno. Y vaya si lo encontró. Claro que la arena y el polvo que las motos y los coches levantaban no era nada comparado con el placentero sufrimiento al cruzar la cordillera de los Andes por el Paso de Jama. Los participantes subieron hasta los 4.800 metros, el nivel del Mont-Blanc. Fueron 554 kilómetros de enlace desde el vivaque de Jujuy hasta el comienzo de la especial cronometrada, corta (207 kilómetros), pero intensa: terreno pedregoso, pues se acercan las dunas, y gas a fondo. La etapa la ganaron Marc Coma, nuevo líder en motos, y Carlos Sainz, que ya suma con esta victoria tres etapas de cuatro y abre distancias con Al-Attiyah.
La jornada empezó bien temprano para los motoristas, a las 4.30. Salieron bien abrigados. Cruzar los Andes no es una travesía cualquiera. "Bajo el mono llevaba un pantalón impermeable, también una chaqueta chubasquero, un jersey y una camiseta térmica, la chaqueta de correr y un chubasquero por encima? además de un pañuelo. Hacía mucho frío. La gente lo ha pasado mal", explicó Joan Pedrero, mochilero de Marc Coma. Pero, para algunos, lo peor no fue el frío. El mismo Pedrero contaba que al llegar al punto en que debía empezar la especial empezó a marearse: "Casi echo el desayuno. Los primeros kilómetros he ido poco a poco porque me costaba concentrarme".
Son síntomas del mal de altura. "Un elemento más que suma dureza a este rally. El cuerpo y motor notan la falta de oxígeno a esas alturas", apuntó Coma. Otro de los que lo pasó realmente mal fue Jordi Arcarons, que corre su primer Dakar en Sudamérica como mochilero de Laia Sanz: "Me ha entrado mucho sueño. Me dormía. He tenido que parar hasta 10 veces. No sabía lo que hacía. He estado a punto de chocarme contra un camión". Miguel Puertas, otro piloto español, le dio una bebida con guaraná una de las veces. Y cuando paró a repostar se tomó un café bien cargado. "Aun así, he tenido que volver a pararme y me han dicho que si me vuelve a ocurrir debo buscar un coche de asistencia que lleva oxígeno".
¿Cómo lidia con el mal de altura una novata? "¿Yo? Perfecta", contestaba Laia Sanz, llena de polvo, con las manos destrozadas, pero como una rosa. La diez veces campeona del mundo de trial solo sufrió el frío. Y el sueño, pero porque se levantó muy temprano. "Cuando hemos parado a repostar en la gasolinera estaban todos los pilotos allí dentro, muertos de frío, tomando un café", decía.
El mal de altura es caprichoso. Unas veces ataca a unos y otras no. "Yo vivo en la montaña, aunque no tan alto. Pero vivo en Andorra, a 1.700 metros y no me afecta mucho la falta de oxígeno. Tampoco el frío", analizaba Despres. Claro que en Chile es verano. Y pegaba el sol con gusto.
Así, acalorado y sediento se bajó Carlos Sainz de su Touareg. Pero también contento: "Cruzar los Andes es espectacular, una de las cosas más emocionantes que puedes hacer en este rally. Si bien se nota la altura, te duele la cabeza, pero vale la pena".
Tampoco guardarán buen recuerdo aquellos que al caer la noche aún no habían alcanzado el vivaque. Hoy el Dakar se endurece aún más: llega el desierto abierto. Sainz abrirá la pista y Al-Attiyah seguirá su rastro. "Que nadie se sorprenda si mañana no lidero el Dakar", avisó el madrileño.
Coches. Cuarta etapa: 1. Carlos Sainz, 1h 57m 9s. 2. Nasser Al-Attiyah, a 50s. General: 1. C. Sainz, 11h 9m 14s. 2. N. Al-Attiyah, a 4m 24s.
Motos. Cuarta etapa: 1. Marc Coma, 2h 4m. 2. Cyril Despres, a 16s. General: 1. Marc Coma, 11h 43m 12s. 2. Cyril Despres, a 2s.
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