Derecho a la huelga, no a los puntos

Los jugadores del Benidorm, que milita en el Grupo III de Segunda B, están al borde la huelga, lo que pondría a prueba la prevalencia de la normativa federativa frente a uno de los derechos fundamentales de los trabajadores según la Constitución (artículo 28.2). La incomparecencia de un equipo implica que la Federación Española de Fútbol (FEF) le dé el partido por perdido y se le resten tres puntos. A la segunda, el equipo sería retirado de la competición. El Benidorm es undécimo con 26 puntos, a 10 del descenso.

Tras cuatro meses sin cobrar, la plantilla solicitó la semana pasada en el Ministerio de Trabajo realizar una huelga este fin de semana por el impago continuado de sus contratos. No hay precedentes de una huelga legal, autorizada a los trabajadores de una empresa futbolística para reclamar sus derechos. El mes pasado la plantilla del Jaén, también de Segunda B (Grupo IV), no la llevó adelante porque la directiva presentó a última hora un pagaré de 40.000 euros, cantidad que aun así no cubrió todas las nóminas pendientes de septiembre. Los dueños del club adelantaron esa cifra pese a calificar la protesta de ilegal, al estar secundada solo por los futbolistas y no por el resto de los trabajadores de la empresa. "Hemos asesorado al Benidorm para que no haya problemas. El vestuario ha cumplido, ha solicitado su derecho a la huelga con cinco días hábiles de antelación, como dice la norma, y lo ha hecho a través del Ministerio para que no se le puedan aplicar un expediente disciplinario... ¡Ante todo somos trabajadores como el resto!", explican desde la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Muy preocupado por los impagos en las categorías más modestas, el sindicato pretende que la FEF no sancione a los equipos que vayan a la huelga a partir de la temporada que viene. Antes, el pasado mayo, el gremio de futbolistas logró que el fondo de Garantía Salarial para Segunda B pasara de 300.000 euros a un millón.

Futbolistas y empleados del club no cobran desde hace cuatro meses

Ayer se celebró al acto de conciliación entre el Benidorm y los futbolistas en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación de Alicante, al que acudió el jugador Chupe acompañado de Tito -vocal de la AFE que precisamente se formó en sus categorías inferiores- pero nadie de la Junta Gestora que gobierna al club desde la dimisión como presidente de Jaime Doménech en noviembre, por lo que la amenaza sigue vigente. El Benidorm, que acumula una deuda con la plantilla y el resto de empleados de unos 250.000 euros, debería jugar el domingo a las 17.00 en su campo contra el Gandía.

Los capitanes se reunieron el lunes con el alcalde de la ciudad, Agustín Navarro, y el concejal de Deportes, Juan Ramón Martínez. Ambos les prometieron que harían las gestiones oportunas para que mañana pudieran cobrar al menos una de las mensualidades atrasadas. Los jugadores del Benidorm perciben entre 1.500 y 4.500 euros por cada una de las 10 mensualidades que estipula su contrato. "La mayoría apenas somos mileuristas", confiesa uno de los peor pagados.