Los 21 minutos fatídicos de Murray
Comienza en California el juicio por la muerte de Michael Jackson
En el inicio de las vistas orales previas al juicio contra el doctor Conrad Murray, al que se acusa del homicidio involuntario de Michael Jackson, la fiscalía le inculpó ayer de haber demorado la llamada a los servicios de emergencia y de ocultarles a éstos y a la policía que le había inyectado al rey del pop el sedante intravenoso Propofol, que, según los estudios forenses, le causó un paro cardiaco y la muerte. El fiscal David Walgren aseguró que intentará demostrar que, entre las 10.20 y las 11.00 del 25 de junio de 2009, hora de California, Murray le inyectó a Jackson Propofol, un poderoso sedante.
Al comprobar que Jackson no respiraba, el médico no avisó a urgencias inmediatamente. Primero trató de reanimarlo y llamó al personal de seguridad del cantante. El empleado de seguridad Alberto Álvarez vio a Murray tratando de reanimar al cantante. El doctor le ordenó que recogiera sus utensilios médicos y, solo después de que cumpliera sus órdenes, le mandó llamar al teléfono de emergencias. La fiscalía argumentará que el hecho de que demorara la llamada entre nueve y 21 minutos es un signo de su culpabilidad, agravado por el hecho de que no les dijera a los enfermeros que llegaron a la casa que le había inyectado Propofol al cantante instantes antes.
Murray acudió también a la Corte Superior de California en Los Ángeles para testificar. Sus abogados han elaborado una estrategia de defensa en la que intentarán demostrar que fue el cantante quien se suicidó con el Propofol. Mantienen que mientras el médico estaba ausente, el cantante se inyectó una dosis letal del medicamento, frustrado por su insomnio crónico. La acusación ha llamado al estrado en total a 30 testigos: los médicos, enfermeros y agentes de policía que acudieron a la mansión del cantante en Los Ángeles el día de su muerte.
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