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Reportaje:Laboratorio de ideas | Breakinviews

Adiós al señor Gasto

El legado de Carlos Andrés Pérez lastrará Venezuela durante décadas

Como presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez nacionalizó el petróleo y el mineral de hierro tras la crisis del petróleo de 1973 y gastó muchísimo dinero en ruinosas inversiones estatales. En su segundo mandato, entre 1989 y 1993, sufrió revueltas, intentonas de golpe de Estado y su propio encarcelamiento. La productividad de Venezuela disminuyó un tercio entre 1970 y 1998, y esto fue debido en gran medida a sus políticas. Su legado, exacerbado por el actual líder venezolano Hugo Chávez, será un lastre para el país durante varias décadas.

Pérez, fallecido el día de Navidad en Miami, alcanzó el poder en marzo de 1974, justo después de que el precio del petróleo se cuadruplicara, lo que enriqueció enormemente a la Venezuela exportadora de crudo. Mientras que en 1970 Venezuela era el segundo país más rico de Latinoamérica, justo por detrás de Argentina y más del doble de rico que Brasil, el acceso a los enormes y nuevos ingresos del petróleo brindaron a Pérez la oportunidad de abordar las clamorosas desigualdades del país.

En lugar de aprovecharla, Pérez emprendió un programa de expansión económica descomunalmente caro mediante la sustitución de las importaciones. Nacionalizó el petróleo y el mineral de hierro, amplió considerablemente una industria del acero poco rentable tras unas altas barreras arancelarias e invirtió en los pozos sin fondo del aluminio y de la energía hidroeléctrica que eran propiedad del Estado. Una gran parte de la inversión se perdió en la corrupción y en las extravagancias, como por ejemplo la compra de quitanieves para los aeropuertos venezolanos. La consecuencia fue una enorme deuda, lujo para la élite y una mejora del PIB per cápita de solo el 12% en la década de 1970.

Después de la marcha de Pérez en 1979, Venezuela sufrió una enorme crisis monetaria y una drástica caída del nivel de vida. Fue elegido nuevamente en 1989 haciendo campaña con un programa contrario al FMI y con los recuerdos de la prosperidad de la década de 1970. Tras ser elegido, pidió un préstamo de 4.500 millones de dólares al FMI, aumentó drásticamente los precios de la gasolina, que habían estado muy subvencionados y siguió las políticas neoliberales que surgieron del Consenso de Washington. La gran deuda de Venezuela y el tipo de cambio sobrevalorado, sumados a los bajos precios del petróleo que imperaban, hicieron que esas políticas fuesen todo inconvenientes y ninguna ventaja, causando revueltas importantes reprimidas violentamente, un intento de golpe de Estado de Chávez y el encarcelamiento de Pérez por corrupción en 1993.

La productividad venezolana disminuyó un 34% entre 1970 y 1998; las industrias ineficientes y la enorme deuda derivada del derroche de dinero de Pérez en la década de 1970 son en gran medida responsables de ello. Desde 1998 Chávez repite los errores de Pérez en la década de 1970 con consecuencias parecidas: un beneficio mínimo para los venezolanos del alza del precio del petróleo y un enorme incremento de la deuda. No cabe duda de que la productividad y el PIB per cápita han aumentado ligeramente, pero a Venezuela le podría haber ido mucho mejor sin el legado de Pérez.

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